La Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos concluyó en sus estudios sobre los alimentos genéticamente modificados que éstos no son malos para los humanos ni para el medio ambiente.
En el reporte, la academia aseguró que alterar la genética de lo que comemos no crea “comida Frankenstein” como afirman algunos de sus opositores, pero tampoco alimenta más al mundo como prometían los defensores.