En México, el otorgamiento, modificación, prórroga, rescate y otras facultades relacionadas con las concesiones sobre bienes de la nación están sometidas a la discrecionalidad del presidente.
“El Ejecutivo puede utilizar a su capricho el que una concesión pueda ser prorrogada, revocada, rescatada, negociada”, dice Purificación Carpinteyro.
Esto entraña un serio problema dado que, de acuerdo con la diputada electa por el PRD, “no puede ser que los bienes de la nación y su concesionamiento quede a las veleidades del Ejecutivo en turno”.
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