En teoría, la Iglesia Católica no es partidaria de la homosexualidad. Sin embargo, desde que el Papa Francisco asumió el poder, este tema ha dejado de ser un tabú para los católicos. Incluso se ha demostrado una mayor apertura hacia el tema. 

Durante la Jornada Mundial de la Juventud, que se llevó a cabo en Brasil el julio pasado, el Papa aseguró que el catecismo dicta que no se debe discriminar a las personas por su tendencia sexual.

“Si una persona es gay y busca al Señor, y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”, agregó. 

Aunque el representante del Vaticano ante Naciones Unidas, el arzobispo Silvano Tomasi, aceptó firmemente que “se encuentran abusadores entre miembros del clero y otro personal de la Iglesia”, no dio ni nombres ni cifras sobre los delitos de pederastia cometidos por sacerdotes y servidores católicos. 

Poco antes de cumplir un mes como Papa, Francisco dirigió su primer mensaje refiriéndose al abuso sexual a menores cometido por religiosos, e instó a la Iglesia a impulsar “procedimientos debidos contra los culpables”.

Hoy, la Santa Sede está a horas de comparecer ante Naciones Unidas, primera institución internacional que evaluará sobre casos de pederastia clerical, bajo el protocolo opcional de venta de niños, prostitución y pornografía infantil.

El Vaticano vivirá unas fiestas con motivos mexicanos.

Después de la audiencia general de ayer en la Plaza de San Pedro, en la que el Papa Francisco pronunció un mensaje en español con motivo de la fiesta de la Virgen de Guadalupe, una delegación de Veracruz le regaló dos nacimientos monumentales y otros adornos navideños realizados por artesanos indígenas.

El encuentro se dio con motivo del programa “Navidad Mexicana en El Vaticano”, que este año permitió que varias salas de la Santa Sede fueran adornadas con motivos de factura indígena.

Los ocho cardenales designados este año por el Papa Francisco como asesores para investigar las finanzas de la Santa Sede y del Banco del Vaticano deberán hacer bien su tarea de sanear una institución alterada por escándalos como el “Vatileaks”. 

Y es que ayer el pontífice designó a su secretario personal, monseñor Alfred Xuereb, como su delegado en las dos comisiones creadas a mediados de 2013 para supervisar el manejo del dinero en el Vaticano, y así poder seguir de cerca el proceso de las reformas financieras.