Atareada por atender a los medios mexicanos vía telefónica desde España, la voz de Paz Vega se escucha con cierto estrés, pero conforme pasa la plática se relaja en momentos y en otros se aviva como llama a punto de consumirse.

La brisa de Playas Tijuana llega con el vaivén de las olas refrescando el ambiente en la ciudad fronteriza, y aunque el paraje muestre un lado de tranquilidad, es ineludible voltear al vecino del norte para que aparezca ese enrejado oxidado que impide el paso hacia otra nación.

Su característica voz de acento teutón, esa que se siente avejentada por sus 74 años de edad, ya le ha hecho un ícono en los documentales de los últimos 10 años.

Sonriente después de una  jornada que inició mucho antes de las ocho de la mañana, Cecilia Suárez responde un último cuestionario pasadas las tres de la tarde en el corazón de la colonia Condesa en la Ciudad de México.

Daniel Holden viste de blanco, hace meditación para calmar a sus demonios internos, escucha música instrumental de vez en cuando y se nutre de libros en su tiempo libre.