Noche, frío, soledad. Un callejón desierto, tres personas apuran el paso, otro se queda inmóvil y un grito desgarra el silencio.
Él, petrificado de miedo, ella, se mueve al son del dolor y los tres reclaman el cuerpo de la mujer como suyo, haciendo del placer su moneda de rapto ante el abuso y la sumisión. Él se vuelve cobarde, escapa y el tormento lo persiguió hasta el día de su muerte.
A los 15 años, Stieg Larsson presuntamente presenció la violación de una chica que conocía, ante tres amigos de él.
Ella se llamaba Lisbeth.
Hidalgo Neira