El Congreso local se ha convertido prácticamente en una “congeladora gigante” al ignorar iniciativas, especialmente las ciudadanas, y no decretar leyes a favor de la ciudadanía.
En las últimas tres Legislaturas, los diputados dejaron de decretar cientos de expedientes al considerarlos incómodos a los intereses de uno u otro partido político.
Y hace unos días aprobaron modificaciones a la Ley Orgánica del Poder Legislativo y el Reglamento Interno del Congreso, con el pretexto de crear la comisión anticorrupción.
Jesús Padilla