Cuando España se convertía en el nuevo Brasil, la Canarinha de siempre se hizo respetar la hizo a un lado y con su ‘jogo bonito’ de 3-0 en el marcador, los anfitriones se coronaron campeones de la Copa Confederaciones 2013.
En el partido donde más debió mostrar su poder como campeón del mundo, a la Roja se le apagó la Furia, al igual que una extensa racha de 26 partidos sin conocer la derrota. Y todo, causa de un equipo brasileño que hizo gala del futbol letal que por generaciones llevan en la sangre.
Rocío Cepeda