Dejarse tomar una muestra sanguínea o de orina y que al poco tiempo le informen que como atleta será sometido a investigación por dopaje, es la pesadilla de cualquier deportista.
Por ello, a 67 días de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, es preciso revisar con “microscopio” los procesos que delegaciones alrededor del mundo están efectuando para no convertirse en la vergüenza mundial: particularmente con el uso de la carne.
Rocío Cepeda