La ciencia está dando pasos agigantados para poder revertir los efectos del envejecimiento y con ello, evitar el deterioro físico y cognitivo del ser humano.
Un ejemplo son las transfusiones de sangre “joven” que, de acuerdo a diversas investigaciones, ha podido convertirse en la posible “fuente de la juventud” para el cerebro y el cuerpo.
María Alesandra Pámanes