Es bien sabido que la mariguana tiene propiedades medicinales. Desde mejora en la calidad del sueño, el alivio del dolor crónico y síntomas de depresión, hasta el tratamiento de cáncer, glaucoma y epilepsia.
El problema es que no se pueden descartar los efectos negativos –somáticos y conductuales– que pueda traer consigo el consumo de cannabis con fines terapéuticos a largo plazo.
Eugenia Rodríguez