El respeto a la profesión actoral merece un estandarte en la historia de la cultura y el arte, ya que como es conocido en el imaginario social, los actores “se mueren de hambre”.

Un doble reto implica el tener acondroplasia –o enanismo para el léxico común–, pues lamentablemente se denigra y se hace mofa de las personas de la talla baja cuando incursionan en la vida actoral.

¿Cuántas veces hemos visto en las películas a personas de estatura baja interpretar a bufones de circo, ayudantes o duendes  de Santa Claus o patiños de los villanos? 

Ambulante cerró su edición 2015 con éxito, las súper producciones de Hollywood siguen arrasando en taquilla pero la oferta del género documental sigue vigente para quienes quieran explorarlo en distintos formatos.

Algunos de ellos difícilmente llegarán a México para exhibirse en pantalla grande, pero están al toque de un click de manera legal en línea y en gustos se rompen géneros así que hay para toda ocasión.

Tal es el caso de “Winning: The Racing Life of Paul Newman”,  que después de su estreno en abril saltó en mayo a las plataformas digitales.

Cuando vamos a nuestro cine favorito es casi una ley que las palomitas sean nuestro aliado y compañero de buen tercio (en caso de ir en pareja), nuestra dupla confidente si vamos solos,  o bien el añadido gastronómico para cuando vamos con los cuates. 

Esta botana que nace del maíz reventado ha sido adoptado por los complejos cinematográficos como su arma por excelencia para mitigar el hambre o antojo de los asistentes, sin discriminar raza, género o gustos apetitosos.

Desde 1946 se guarda una tradición cinematográfica que llena de plácemes a técnicos, industriales, actores, directores y cineastas del gremio artístico nacional mexicano: Los Premios Ariel, otorgados por la Academia Mexicana de Ciencias Cinematográficas (AMACC).

Año con año, lo más distinguido del cine mexicano se hace presente en esta ceremonia que busca reconocer el talento, esfuerzo y dedicación de los trabajadores, creadores e impulsadores del cine en el país.

En 2014 quienes presenciaron “Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia” –vale la pena recalcar el título completo debido a la importancia en el filme– se pudieron preguntar ¿Acaso Riggan Thomson (Michael Keaton) puede en verdad volar y manipular los objetos con su mente, o solo es parte de su imaginación? 

Esta pregunta queda abierta para el espectador y juega con el pensamiento colectivo de la audiencia de Iñárritu.