Brasil tiene dos caras en la Copa del Mundo, por un lado la molestia social por la política del evento; del otro, la esperanza del trofeo que solo puede ser cargado por los hombros de Neymar.
El ídolo de 22 años es la estrella mundialista en una sede indiscutiblemente tensa, su país, en un momento donde la represión del pueblo carioca mortifica más que la ausencia de otros grandes ídolos.
Cuando Brasil ganó su última copa, en la edición de Corea-Japón 2002, presumía un plantel potencialmente ganador y dos figuras envidiables como Ronaldo y Rivaldo, además del futuro ganador Ronaldinho.
Hoy en día, Brasil solo cuenta con Neymar Jr. y eso preocupa. “Si Brasil pierde… temo tremenda frustración y no sabemos el resultado psicológico para el pueblo”, expresó recientemente el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en una entrevista con Carta Capital, una revista brasileña.
Es su talento, su carisma, su futbol y su momento lo que se comporta como imán entre la torcida para conocer cada detalle del artillero blaugrana, quien despierta una fiebre pasional como la esperanzadora figura de esta selección.
Su nombre empieza a hacer historia, apenas en el debut contra Croacia el jugador de peinado alto consiguió romper la maldición del Diez de Brasil con un disparo de media distancia que empató el partido.
Porque ni Ronaldinho en el Mundial de Alemania 2006, ni Kaká en el de Sudáfrica 2010, consiguieron marcar un gol para la “Canarinha”, entonces Neymar cortó esa sed de llevar el 10 en el dorsal.
“Él es el jugador más importante del equipo. Hay una esperanza de que será el crack de Brasil y la Copa”, dijo Eduardo de Andrade “Tostao”, miembro del equipo campeón de 1970 y ahora columnista de futbol.
La experiencia que vive el astro tiene preocupados a otros más, como Tim Vickery, corresponsal de futbol de Sudamérica para la BBC y columnista de ESPN. “Está a punto de entrar en un nivel de presión que es totalmente nuevo para él”.
Juca Kfouri, otro de los famosos analistas en prensa y radio de Brasil, expresó el temor de muchos cuando se le preguntó qué haría si Neymar saliera lesionado. “Rezar”, dijo una risa nerviosa.
Pero Neymar rechaza la presión, piensa que el peso de la copa se reparte entre todos los jugadores de la “verdeamarelha”, pero hasta ahora su postura es esperanzadora, no solo para el equipo sino para la nación.
En la difícil pelea por la Copa del Mundo, el ‘Scratch du Ouro’ cuenta con Neymar para alcanzar el sueño de una estresada nación.