Del otro lado del mundo, a menos de dos semanas de su inicio, la CONMEBOL, mudó la Copa América a Brasil, el tercer país más afectado del mundo por el COVID-19, con más de 17 millones de contagios y 480 mil muertes al día de ayer… pero el domingo habrá “fiesta” futbolística.
La mudanza se dio porque Colombia (problemas sociales) y Argentina (nueva ola de contagios por coronavirus) la desecharon y Brasil fue el elegido para albergar el torneo de futbol más antiguo del mundo (data de 1916).
Sin embargo, la cancelación ya no era opción. Como en la Euro 2020, hay razones de peso: los compromisos comerciales ya asumidos. Una fuente del organismo, que pidió el anonimato, aseguró a The Associated Press que los contratos por derechos de televisión para transmitir el torneo a más de 150 países se firmaron en su mayoría antes de la pandemia y no contemplan su cancelación por esta circunstancia.
CONMEBOL repartió alrededor de 95 millones de dólares a sus asociaciones en 2020 para hacerle frente a la pandemia y la Copa América representa una inmejorable oportunidad para aumentar sus reservas teniendo en cuenta que en la edición 2019 facturó 118 millones de dólares por derechos de difusión, patrocinio, licencias, y venta de boletos.
CONMEBOL @CopaAmerica 2021: Vibra el continente con toda la seguridad
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— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) June 9, 2021
Asimismo, el organismo explicó que el torneo se regirá bajo estrictos protocolos sanitarios y los jugadores serán sometidos a frecuentes pruebas de COVID-19; sin embargo, el sindicato internacional de futbolistas (FIFPRO) advirtió que la disputa de la Copa América “podría tener implicaciones graves para la salud de los futbolistas profesionales, el personal y el público en general”.
Alejandro Domínguez, presidente de CONMEBOL, explicó que los partidos serán sin público y dijo que el torneo representa un bálsamo para las sociedades castigadas por la pandemia.
Pero incluso la selección local no ve con buenos ojos al torneo; sin embargo, tomaron la decisión de jugarlo. “Estamos en contra de la organización de la Copa América, pero nunca diremos nada de la selección brasileña”, se lee en la carta que el equipo posteó en redes sociales el miércoles pasado tras su juego eliminatorio ante Paraguay.
Incluso, del lado de los patrocinadores, cabe más la prudencia: Mastercard y la compañía de bebidas Ambev se retiraron de un torneo, que solo es bien visto por el presidente brasileño Jair Bolsonaro.
Ayer, el Tribunal Supremo Federal del País (TSF) avaló la realización del torneo y desechó la petición del Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Socialista Brasileño (PSB) para suspenderla. La Copa América, va.