Corriente que no muere
Pasan los años y se niega a morir. Unos se van, otros vuelven, pero lo que queda comprobado es que la corriente del lavolpismo está más firme que nunca porque sigue en la preferencia de los clubes.
José Guadalupe Cruz es el cuarto entrenador que llega al club Monterrey con el estilo táctico del argentino Ricardo Antonio La Volpe, lo que demuestra que aunque pasen los años, esta mística es la más fuerte entre las tres escuelas conocidas.
Rocío Cepeda
Pasan los años y se niega a morir. Unos se van, otros vuelven, pero lo que queda comprobado es que la corriente del lavolpismo está más firme que nunca porque sigue en la preferencia de los clubes.
José Guadalupe Cruz es el cuarto entrenador que llega al club Monterrey con el estilo táctico del argentino Ricardo Antonio La Volpe, lo que demuestra que aunque pasen los años, esta mística es la más fuerte entre las tres escuelas conocidas.
Junto a “El Profe” Cruz, también se encuentra el máximo representante Miguel Herrera como entrenador del campeón América. El uruguayo Wilson Graniolatti, técnico del Atlante, es otro de los partidarios, así como Rubén Omar Romano, timonel del Puebla.
Es fácil reconocer a un lavolpista antes de ver jugar a su equipo. La famosa formación 5-3-2, que suele ser la favorita en las alineaciones de estos entrenadores, brinda un toque ofensivo y espectacular al juego. Suele ser versátil y permite un desdoble rápido; además, le da variantes al partido sin hacer otros movimientos.
Ricardo La Volpe no tiene muchos títulos, pero puede defenderse de sus opositores con el campeonato del Atlante en 1993 y el de la Selección Mexicana en la Copa Oro 2003. De ahí en más, lo que siempre le han criticado es su personalidad y su forma de abordar ciertos temas, al igual que su rivalidad, por todos conocida, con Hugo Sánchez.
Aunque se le ha identificado por ser una propuesta que sí gana partidos, pero no títulos, lo que hace falta poner en claro es qué vuelve tan especial al lavolpismo para que los clubes sigan apostando por este futbol ofensivo.
El caso del “Piojo” es un ejemplo de que el lavolpismo puede tener todo en uno: ser espectacular, conseguir puntos y alcanzar títulos, sin dejar de lado el planteamiento defensivo con esa línea de cinco.
Después de llegar a dos finales con Rayados (2004 y 2005) y no ver cristalizado su sueño, Herrera se mantuvo firme en sus convicciones. La directiva de las Águilas le dio la confianza, y después de un año y medio, hizo campeón al equipo con base en las enseñanzas que adquirió de La Volpe.
El mismo Guadalupe Cruz es otro de los que ya saborearon las mieles del éxito apostando por los apuntes de su maestro. Después de haber terminado en tercer sitio de la Tabla General con 33 puntos, el Atlante fue campeón de Liga en el Apertura 2007, además de conseguir el cuarto puesto del Mundial de Clubes 2009 celebrado en Abu Dabi. En ese certamen ganó el premio al Juego Limpio.
Ahora que el directivo Luis Miguel Salvador (otro lavolpista) le dio las riendas del Monterrey como entrenador, “El Profe” Cruz vuelve a la batalla por defender la ideología que tanto les inculcó el “bigotón” durante los 90, cuando ambos eran jugadores de los Potros.
Wilson Graniolatti, famoso por ser brazo derecho de La Volpe en varios equipos, también lleva el estandarte de su mentor a donde quiera que va. En el Apertura 2002 tuvo que sustituirlo como técnico del Toluca desde la Jornada 16 hasta los Cuartos de Final, para que el argentino se fuera a la Selección Mexicana. Ese equipo, que terminó en manos de Alberto Jorge, fue campeón.
El uruguayo lavolpista estuvo en los banquillos de los equipos San Luis, Veracruz, Santos Laguna, Tijuana y dos veces en el Toluca, para terminar en Atlante.
Por último está Rubén Omar Romano, a quien todavía no le ha surtido efecto el juego bonito, pero al menos trabajo no le falta. Este entrenador tuvo medias tintas cuando dirigió al Morelia y al Santos, pero simplemente no los pudo hacer campeones.
Ahora la directiva del Puebla le da la oportunidad después de haber cesado a Manuel Lapuente, situación que no luce nada sencilla considerando que La Franja tiene un plantel corto, según lo dijo el propio Romano.
Otras filosofías
En paralelo al lavolpismo, la escuela de Manuel Lapuente es otra de las filosofías destacadas del futbol mexicano que, aunque con menos alumnos, ha resultado más productiva.
Los cinco títulos que ha conseguido “Manolo” (Puebla 1982-83 y 1989-90; Necaxa 1994-95 y 1995-96, y América Verano 02) dan la cara por esta estrategia.
Entre sus pupilos se encuentran Raúl Arias, campeón con Necaxa en el Invierno 98; Mario Carrillo, ganador del Clausura 05 con América, así como José Manuel de la Torre, laureado con Chivas en el Apertura 06 y con Toluca en el Apertura 2008 y Bicentenario 2010.
Una última corriente es la de Ricardo Ferretti, practicada por Guillermo Vázquez como único alumno. Esta escuela suma cuatro títulos de Liga.
“Tuca” ha sido fiel a su sistema conservador de salir tocando, ser ultradefensivo y manejar el “tiqui-taca”. Esto le ha alcanzado para ser campeón con Guadalajara en el Verano 97, con Pumas en el Clausura 2009 y con Tigres en el Apertura 2011.
Memo Vázquez puede presumir su campeonato con Pumas en el torneo Clausura 2011.
Legado rayado
Antes de la era de Víctor Manuel Vucetich, el club Monterrey se mostró comprometido con el lavolpismo al contratar tres entrenadores de esta corriente.
El primero fue Miguel Herrera en 2004, un técnico que puso a Rayados en dos finales de Liga gracias a su buen futbol, pero que inexplicablemente no supo cómo ganarlas.
Durante dos años y medio, el “Piojo” se entregó a sus ideales aprendidos de Ricardo Antonio La Volpe; sin embargo, nada logró pese a su empeño.
De manera temporal siguió Isaac Mizrahi, otro lavolpista, para luego ser contratado el propio “bigotón” en el Clausura 2008. Aunque llegó a unos Cuartos de Final en su primer torneo con Rayados, no corrió con suerte.
La paciencia de la directiva hacia La Volpe fue poca, solo duró dos temporadas. Después llegó el llamado “Rey Midas”, quien entró a la historia como el técnico más ganador del club.