Deportivamente habían hecho los méritos necesarios para ser considerados como aspirantes al Salón de la Fama del Beisbol, pero tres de los candidatos más serios para recibir este reconocimiento, también habían protagonizado problemas de dopaje.
Precisamente debido a esas manchas que ensuciaron sus carreras por haber consumido esteroides, Barry Bonds, Roger Clemens y Sammy Sosa, no fueron elegidos como nuevos inmortales de este deporte, dejando por segunda vez en 40 años, sin ningún nuevo integrante al Salón de la Fama.
Bonds recibió el 36.2 por ciento de los votos; Clemens el 37.6 por ciento y Sosa el 12.5 por ciento, según divulgó la Asociación de Cronistas de Beisbol de Norteamérica.
Ni ellos, ni ninguno de los candidatos a ingresar a Cooperstown logró el mínimo de 75 por ciento de votos, por lo que las Ligas Mayores decretaron que no habrá inmortales en 2013.
El que estos peloteros no hayan sido electos este año no les quita la posibilidad de ganar su lugar en los próximos 14 años, tiempo que tienen todavía para ingresar al Salón de la Fama.
Por lo pronto, los tres beisbolistas aún siguen sufriendo las consecuencias del uso de drogas.