Ser un dios en su club no le impidió ser un humano con su selección. Actuó con la misma voluntad pero con resultados que terminaron por pesar en su conciencia.
Lo admite, tiene vergüenza deportiva. Esto no es para él. Pero, ¿qué es para Messi?
Ocupar un lugar en el Olimpo del futbol ha sido la dicha más grande para el rosarino. La pasión, la entrega y la ilusión fue la misma cuando jugó con su selección, sin embargo sobre su espalda pesó tanto el estigma que antes le pudo haber halagado: ser igual o más grande que Maradona.
En 29 años de edad, por lo menos en 10 jugó persiguiendo esa idea de representar a Argentina con decoro y ganar un Mundial para igualar a Diego Armando. Después de tres mundiales, el sueño fue ganar “algo”. Y ni así lo alcanzó.
Si se compara la carrera de “La Pulga” y “El Pelusa” precisamente a la edad que tiene ahora Messi, hay rubros en donde el astro del Barcelona ha sido mucho mejor. Claro, en muchos otros, menos en la parte de los títulos.
Maradona tenía dos mundiales, uno ganado; y Messi en tres se ha ido en blanco. Diego tenía 70 partidos como seleccionado y Lio 112. En goles el blaugrana gana con 55, mientras que Maradona solo había hecho 31.
Por eso, aunque sus números no eran tan malos, la decisión de ponerle punto final a su historia con la Albiceleste se debió más a esa incapacidad por lograr la inmortalidad que solo la brinda un campeonato.
Desde la primera final perdida, la de la Copa América 2007, después la segunda en el Mundial de Brasil 2014, enseguida la Copa América 2015 y hasta la Copa Centenario 2016, Lionel Messi fue sufriendo heridas que por el dolor reflejado, estas tardarán una vida para sanar.
Y aunque parece que el futbol debía hacerle justicia siendo el jugador con más goles en la historia de la selección, los caprichos del deporte le cerraron las puertas a esa inmortalidad que sigue teniendo solo el lugar de Maradona.
Solo con el Barcelona de España, “La Pulga” ha cosechado tantos récords que por eso es el máximo ganador del Balón de Oro, en cinco ediciones, tiene un Récord Guinness por mayor cantidad de goles oficiales en un mismo año: 91.
Es el primer jugador en anotar a todos los equipos de un torneo de Primera División en una misma temporada, y único jugador en la historia en lograr en una misma temporada el Balón de Oro, el FIFA World Player, el Trofeo Pichichi y la Bota de Oro.
Este nivel de futbol lo tiene colocado como un fuera de serie que por eso sorprende la cruda realidad que le toca sufrir. Por eso las lágrimas, por eso la comparativa con Maradona y por eso la frustración de fallar el penal.
Sí, era el primer cobro, pero el más importante siempre en una tanda de tiros que definen un campeonato. Messi lo voló y con ese balón se fueron sus esperanzas y sus sueños por luchar pensando en un título.
Así es la vida. El 10 no resultó tan perfecto a pesar de que este dígito también es parte de su mala suerte.
Aunque algunos aseguran que podría volver, tal vez no sea posible que acepte sufrir más de lo que ya ha sufrido.
El efecto dominó
Mientras el mundo del futbol se cimbraba por la derrota de Argentina contra Chile y se hacía oficial la renuncia de Lionel Messi como seleccionado, otras noticias también hicieron eco en la Albiceleste.
Junto a “La Pulga” también renunciaron dos grandes jugadores que tampoco han cristalizado ese sueño de ser campeones con su representativo nacional: Javier Mascherano y Sergio “Kun” Agüero.
Otro de los jugadores que estaría en el mismo canal sería Gonzalo Higuaín, quien al igual que Mascherano y el “Kun” ya tendrían evaluada su baja del combinado argentino dadas las constantes frustraciones.
“Somos varios los que evaluamos no seguir en la selección”, expresó Agüero sobre la noticia de dejar el sueño de ganar un campeonato con Argentina.
Además, el técnico Gerardo Martino es otro de los que ostenta una estadística negativa. Y es que el “Tata” protagonizó las tres últimas finales de la Copa América y en todas perdió el campeonato.
Y peor aún, no ganó un solo partido.