El daño está hecho
Las emociones han vuelto a la NFL y tras dos semanas de desenfrenadas pasiones, el deporte de las tacleadas ha puesto en sobre aviso a los protagonistas de tan peligrosa disciplina.
Estudios recientes han encendido las alarmas en los futbolistas que han practicado por muchos años este rudo juego, ya que se reveló que el 96 por ciento de los jugadores muertos en la última década tuvieron una enfermedad cerebral degenerativa arrojada por los golpes recibidos en su carrera.
Rocío Cepeda
Las emociones han vuelto a la NFL y tras dos semanas de desenfrenadas pasiones, el deporte de las tacleadas ha puesto en sobre aviso a los protagonistas de tan peligrosa disciplina.
Estudios recientes han encendido las alarmas en los futbolistas que han practicado por muchos años este rudo juego, ya que se reveló que el 96 por ciento de los jugadores muertos en la última década tuvieron una enfermedad cerebral degenerativa arrojada por los golpes recibidos en su carrera.
La conexión que existe entre las conmociones cerebrales y el futbol americano es innegable, pues 87 de 91 exjugadores estudiados fueron detectados con encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés).
Las cifras fueron publicadas por el banco de cerebros más grande de Estados Unidos, que se centró en el estudio del traumatismo craneoencefálico de los exfutbolistas, abriendo de nuevo el debate sobre el nivel de peligrosidad que ronda en la práctica de este deporte.
Se cree que la enfermedad se deriva de un traumatismo repetitivo a la cabeza, y puede conducir a condiciones como la pérdida de memoria, depresión y demencia, de forma inicial.
En total, el laboratorio encontró CTE en el tejido cerebral de 131 de cada 165 personas que, antes de su muerte, jugaron futbol americano, ya sea profesional, semiprofesional, en la universidad o en la escuela secundaria.
Nada por presumir
Si bien la NFL donó en 2010 un estimado de un millón de dólares al banco de cerebros para una mayor investigación del citado padecimiento, sus cifras alarmantes vienen a contrariar la presunción de progresos mensurables en la reducción de lesiones en la cabeza.
Recientemente la liga compartió un informe de salud y seguridad en donde se aseguró que las conmociones cerebrales cayeron 35 por ciento en las últimas dos temporadas, de 173 en 2012 a 112 la temporada pasada.
Fuera del campo, la NFL ha trabajado en la revisión de las reglas de seguridad para minimizar los golpes de cabeza a cabeza, y ha invertido millones en investigaciones similares.
¡Cuidado linieros!
Si la práctica del futbol americano es sumamente peligrosa, hablar de la posición de liniero, ya sea ofensivo o defensivo, es hablar de un mayor riesgo comparado con el resto de las posiciones en el campo.
En las cifras arrojadas por el estudio presentado se confirmó que un cuarenta por ciento de los exjugadores que dieron positivo a CTE fueron linieros, esos que su trabajo siempre será el de entrar en contacto rudo en cada jugada.
Pero las cifras se destapan con advertencias importantes. Los escáneres cerebrales se han utilizado para identificar signos de CTE en jugadores vivos, sin embargo la enfermedad sólo puede ser identificada a título póstumo.
“La gente piensa que estamos determinando fuera de proporción, que se trata de una enfermedad muy rara y que estamos siendo sensacionalistas”, dijo la doctora Ann McKee, directora y jefa del departamento de neuropatología en el Sistema de Salud de VA Boston.
De forma silenciosa, la enfermedad está cobrando mayor cantidad de víctimas, pero al mismo tiempo generando información valiosa que podría salvar vidas.
Hollywood lo destapa
Un último reto contra el esfuerzo por minimizar los daños cerebrales llegó hace dos semanas. Se trata del tráiler de una película con producción de Hollywood, acerca del comentado CTE.
El avance de la producción se volvió viral, dejando a la NFL camino a una nueva ronda de cuestionamientos sobre los esfuerzos del pasado que negaban cualquier conexión.
La película “Concussion”, protagonizada por Will Smith, traza la historia de Bennet Omalu, un patólogo forense que en 2005 publicó un artículo en la revista “Neurocirugía” donde detalló el descubrimiento del CTE en el cerebro de Mike Webster, exjugador de los Acereros de Pittsburgh.
Si bien la historia no es nueva, para la NFL sí representa un golpe peligroso dada la interpretación cinematográfica, potencialmente embarazosa, de una investigación que sugiere la relación del futbol y una enfermedad cerebral.
En el caso de Omalu, los médicos de la liga atacados públicamente en su investigación exigieron una retractación de su estudio.
En un comunicado, un portavoz de la NFL, aseguró que la liga está haciendo todo lo posible por cuidar la salud de sus jugadores por medio de inversiones que lleven a la detección oportuna de los padecimientos.
“Estamos dedicados a hacer el futbol más seguro y continuamos tomando medidas para proteger a los jugadores, incluyendo cambios en las reglas, la tecnología avanzada y recursos médicos expandidos. Seguimos haciendo inversiones en investigación independiente buscando acelerar la comprensión de estas cuestiones”.