Afinales de noviembre del 2009 fue cuando comenzó a gestarse el campeonato que hoy celebran los Gigantes de San Francisco y el éxito de su pelotero Pablo Sandoval.
Mientras muchos criticaban el peso del venezolano, a quien su compañero de equipo Barry Zito bautizó como “Kung Fu Panda” en los entrenamientos de primavera, en San Francisco sabían que tenían en sus manos a un jugador que los podría llevar lejos.
El logro del también llamado “Pandoval” no fue solamente colaborar en que su equipo ganara la Serie Mundial tras barrer en cuatro juegos a los Tigres de Detroit, tampoco en el haber sido elegido como el Jugador Más Valioso (MVP) del Clásico de Otoño. El éxito de Sandoval fue algo más personal.
Luego de un estricto programa de acondicionamiento físico, el sudamericano calló a los detractores y aquellos quienes cuestionaron su peso. Y es que mientras algunos no creían que esto fuera a afectarle, otros no dudaban de que Sandoval estaba fuera de forma para jugar en Grandes Ligas.
Fue así como a finales de noviembre de 2009, Pablo recibió la ayuda de su hermano Michael, quien se propuso que el tercera base de los Gigantes bajara de peso.
Desde entonces, Sandoval llegaba a los partidos antes que sus compañeros. Durante 30 minutos trabajaba en la bicicleta estacionaria. Tenía un programa de trabajo con pesas que duraba hasta 45 minutos. Al terminar los juegos regresaba a la bicicleta para pedalear otra media hora.
Hoy, con 111 kilos de peso y su 1.81 metros de estatura, “Kung Fu Panda” triunfó en todos los aspectos. Fue el MVP, conectó tres cuadrangulares en la Serie Mundial y sobre todo, se demostró a sí mismo que entre sus fortalezas también se cuenta la de la voluntad.
Junto a los grandes
Sandoval conectó tres cuadrangulares en un juego de Serie Mundial, uniéndose a Babe Ruth de los Yankees de Nueva York, quien lo hizo en 1926 y 1928. Reggie Jackson, también de Yankees, pegó tres jonrones en 1977.
También figura el cañonero Albert Pujols de los Cardenals de San Luis, quien lo hizo en 2011.
Sandoval logró esto contra Justin Verlander, uno de los mejores pitchers en la actualidad.