Hoy que el Club León celebra, levanta el trofeo de campeón, se jacta de ser el más atractivo de la Liga MX y que ostenta un nivel futbolístico excepcional, la felicidad reina en todos y cada uno de sus elementos que lo componen.
Pero, el León no es como lo pintan. Sus jugadores, cuerpo técnico y hasta su directiva viene de un pasado ciertamente complicado que sin duda hace meses nadie hubiera dado un peso por muchos de estos esmeraldas.
¿Qué tan difícil fue el camino de los Panzas Verdes? Ahora mismo lo descubriremos, echando un vistazo a lo que hacían o dónde estaban los líderes de este exitoso equipo, ahora convertido en monarca del futbol mexicano.
Si bien mucho de los futbolistas vienen de la Liga de Ascenso, como el arquero William Yarbrough, o los mediocampistas Carlos “Gullit” Peña o Luis Montes, la mayoría de los miembros de este equipo se siente orgulloso por el empeño que pusieron Carlos Slim Helú, Jesús Martínez Murguía, Gustavo Matosas y el resto de sus personajes líderes de la institución.
Slim contra los ‘peces gordos’
La figura que nadie quería dentro del futbol mexicano encontró un hueco y por ahí se metió. Un día, después de tres años de análisis completos, el magnate de las telecomunicaciones se arriesgó a apostarle a un equipo recién ascendido.
En agosto de 2012, Slim decidió ir en contra del sistema, de los “peces gordos” que gobiernan este negocio y compró el 30% de las acciones del Grupo Pachuca, sin que nadie le asegurara que sus inversiones en el equipo esmeralda le redituarían pronto.
¿Romper el duopolio?, nadie se hubiera atrevido. Pero aunque a Slim nadie lo quería dentro del balompié nacional, encontró aliados perfectos para hacer frente a una modalidad de antaño. Ahora, se dice que más equipos podrían voltear a copiar el sistema que León adoptó con el millonario mexicano.
Hasta antes de integrarse a la familia del León, Carlos Slim apenas controlaba la publicidad estática en algunos estadios de Primera División. Hoy, puede celebrar el título y el aumento del valor económico de la franquicia que antes tenía un precio de 26 millones de dólares y ahora rebasa los 30 millones.
Ahora, no solo podrá mejorar los contratos comerciales y de televisión, sino también podrá aumentar los costos de sus anuncios estáticos y aumentar el valor de sus jugadores con calidad de exportación.
Dejar de ser ‘El hijo de…’
Poca fe, poca expectativa, poca visión de liderazgo pues era casi un desconocido en el negocio del futbol. Así empezó Jesús Martínez Murguía su camino como presidente del Club León hace dos años.
Hijo de uno de los hombres de futbol más respetado en México, Jesús Martínez, presidente de Grupo Pachuca, decidió tomar el control de un equipo con muchos problemas económicos pero con una afición tan grande como el éxito que hoy día han encontrado.
Tenía 25 años cuando recibió la encomienda de su padre, se convirtió en el presidente más joven en la historia del futbol mexicano y aguantó las críticas sobre las decisiones en el armado de su equipo rumbo a la nueva batalla en el Máximo Circuito.
Jesús ascendió a los Panzas Verdes, logró su primera Liguilla en el torneo de su regreso a la Primera y sufrió un fracaso en su segunda temporada. Sin embargo, de a poco se ha ganado el respeto pese a su corta edad. Cuesta trabajo verlo como directivo más allá de solo ser “el hijo de Jesús Martínez Patiño”.
Corrido del Querétaro, adoptado en el León
Tal vez ya no recuerde lo que sucedió con este entrenador uruguayo en sus tiempos con los Gallos Blancos, pero por si ya se le olvidó, le decimos que le fue tan mal que salió corrido de Querétaro.
Los torneos Clausura 2011 y Apertura 2011 vieron al estratega uruguayo debutar en el balompié mexicano, siendo en el segundo torneo donde vio su mala suerte. En la fecha 5 fue cesado por el directivo croata Slatko Petricevic, por un rumor de posible cobro a los jugadores juveniles.
Se decía el estratega uruguayo cobraba dinero a los jugadores para debutarlos, situación, que a la vista de muchos sirvió sólo como pretexto para opacar el buen juego que empezaba a mostrar el equipo y el estilo definido que ya mostraba el plantel.
Corrido del Querétaro, Matosas encontró una segunda oportunidad en la Liga de Ascenso, precisamente en el León. Ahí, el apoyo de Jesús Martínez Murguía fue fundamental, pues además de confiarle al equipo le dio todo su respaldo para establecer un proyecto altamente exitoso.
Con dedicación y trabajo, el técnico levantó al plantel a tal grado que sacó de la nada a tantos jóvenes con hambre de gloria y los tiene convertidos en los nuevos ídolos del futbol mexicano y de nivel selección.