Una bola, dos strikes y un out. Hombre en tercera y la visita gana 2-0. Entonces, Clay Buchholz manda un lanzamiento perfecto para que Derek Jeter pegue un sencillo dentro del cuadro y que el Capitán América produzca la última carrera de su vida como Beisbolista.
En primera base volteó a ver Joe Girardi, le hizo señas y entonces llegó su fin. Fenway Park se puso de pie y comenzaron los aplausos emotivos. “Derek… Je…ter” fue el grito musicalizado del acérrimo rival, ahora venerando a la estrella de los mulos.
Sus compañeros formaron una valla inmediata afuera del dugout y le brindaron calurosos aplausos de despedida.
El emblemático jersey 2 de los Yankees de Nueva York empezó a despedir con emoción su exitosa carrera como pelotero de Grandes Ligas. Aunque los Bombarderos están eliminados de la postemporada, el 28 de septiembre de 2014 será, sin duda, el juego de su vida.
Como si fuese una segunda parte de la película “filmada” el pasado jueves en el Yankee Stadium, el adiós definitivo de ayer en Boston fue el punto final perfecto para quien tuvo una trayectoria intachable como deportista.
Nunca tuvo un escándalo, nunca se le involucró en casos de dopaje o algo similar. Su imagen altruista y de compañerismo redondearon sus flamantes números en el diamante, y por eso el icónico shortstop ya puede irse a descansar.
Hasta el último partido de su carrera, Jeter demostró “re2peto” por sus fanáticos. Jugó hasta el momento en que su equipo lo necesitaba, siendo ésta una razón para que su siguiente parada sea el flamante Salón de la Fama de Cooperstown.
El parador en corto del equipo del Bronx cuenta con todos los méritos para ser elegible. El alcalde del Salón de la Fama, Jeff Katz, dijo que el 2020 será el año de su inducción.
Incluso, Katz ha dicho que no es muy temprano para empezar a planificar la logística de la inmensa multitud que asistiría a la inducción del capitán de los Yankees, pues podría esperarse una multitud de hasta 200 mil personas en este magno festejo.
“Don’t cry because it’s over, smile because it happened (No llores porque termina, sonrie porque sucedió 1995-2014)” escribió una fanática yanqui en una pancarta que levantó en apoyo a la estrella.
Y en efecto, Derek Jeter no mostró llanto en su nostalgia, más sabiendo que deja los diamantes después de 20 años de carrera, mil 923 carreras, 260 jonrones, 3 mil 465 imparables, 14 veces convocado al Juego de Estrellas de la MLB, cinco anillos de Serie Mundial y la admiración del béisbol mundial.
Las puertas de Cooperstown estarán abiertas para Jeter desde ahora y hasta su ingreso. Sus interminables logros lo conviriteron desde hace años en un emblema del béisbol, que solo será cuestión de formalidad para que se le reconozca como tal.