Este Brasil es his7or1a
El final más triste jamás contado. Los ojos están inundados de frustración, lloran al ver la peor humillación no solo de un equipo sino de un estilo de juego. La selección del jogo bonito, del color, del espectáculo y del amor incondicional al futbol es humillada en su propia Copa del Mundo. Brasil pasó a la historia.
Rocío Cepeda
El final más triste jamás contado. Los ojos están inundados de frustración, lloran al ver la peor humillación no solo de un equipo sino de un estilo de juego. La selección del jogo bonito, del color, del espectáculo y del amor incondicional al futbol es humillada en su propia Copa del Mundo. Brasil pasó a la historia.
No fue uno, no fueron tres, parecía detenerse en seis pero la masacre teutona no tuvo piedad. Alemania despidió a la Canarinha en medio del llanto tras un apabullante 7-1 dentro de la Semifinal del Mundial 2014, en donde se escribe el capítulo más desgarrador para el aún envidiado pentacampeón.
Esta edición mundialista, para el olvido entre los jugadores pero eternamente memorable por los fanáticos, es el punto final a una era. El Brasil del 2002, el del futbol majestuoso con Roberto Carlos, Ronaldo y Ronaldinho, incluso con el mismo Luiz Felipe Scolari, quedó debajo de las cenizas.
Fue devorado en Belo Horizonte, justo en la cancha del Mineirao, donde para siempre vivirá el terrible recuerdo en esta generación. Ahí cayeron víctimas de Thomas Müller, Miroslave Klose, dos veces por Toni Kroos, Sami Khedira y dos más por André Schürrle.
Ésta fue la mayor derrota de Brasil de su historia junto al 6-0 que Uruguay le aplicó en la Copa América de 1920.
Le duele al equipo, le duele a la nación. Lo de ayer no fue otra cosa que la mayor goleada en contra de un país anfitrión de Copa del Mundo en toda la historia del certamen organizado por la FIFA.
El Scratch du Oro no solo fue banquete de los teutones, el 7-1 fue el partido que permitió a Miroslave Klose superar el récord de goleo en los mundiales que tenía el brasileño Ronaldo, para llegar a 16 goles en 23 partidos en todas sus copas.
Por si fuera poco, el doblete de Toni Kroos, marcado en solo 69 segundos, fue el más rápido de un jugador en toda la historia del mundial, permitiendo al mismo tiempo que Alemania llegara al séptimo tanto y se colocara como el segundo rival que le hace siete dianas o más a Brasil desde 1934 (Yugoslavia 8-4 Brasil).
Los germanos no tuvieron piedad, se aprovecharon de una verdeamarelha que se la jugó sin Neymar ni Thiago Silva, y que ya sufría de más por la presión de no convencer a la nación que demandaba su gloria.
Los bajaron a niveles de Zaire o Haití, quienes al descanso de un partido de Mundial ya les ganaban por cinco o más.
Este 2014, la suerte les había dado todo pero ya no tuvo más. En la fase de Grupos les regalaron un penal con Croacia y sufrieron de más contra México.
En los Octavos lloraron al ganarle en penales a Chile gracias al larguero que evitó un gol, mientras que en Cuartos terminaron rezando ante un Colombia adolorido.
Pero no, esta vez no hubo nada espectacular a su favor. Ni el árbitro ni otros factores externos determinaron ventaja en el marcador, sino todo lo contrario.
Una Alemania aplastante les pasó por encima y les hizo ver su suerte y hacia dónde va este equipo para el olvido.
Para la historia:
• La única vez que Brasil cayó por tres o más goles en Mundiales fue en la Final de Francia 1998.
• Brasil es el segundo anfitrión de la Copa Mundial que recibe siete goles en contra en un partido. El primero fue Suiza, que cayó 7-5 ante Austria en 1954.