Horacio Nava, marchista mexicano de 50 kilómetros, quien ostenta cuatro medallas en Juegos Panamericanos, supo sacar provecho del obstáculo más largo de su vida: el Síndrome de Wolff-Parkinson White (WPW), una afección cardiaca provocada por una ruta eléctrica adicional en el corazón.
En entrevista para Reporte Índigo, el atleta olímpico reconoce la dificultad para superar un reto tan grande; sin embargo, el sueño de participar en las más grandes competiciones alrededor del mundo permitió que transformara su padecimiento en una de sus más grandes fortalezas.
“Es como cuando pasas una pared o una piedrita, pero al momento de superarlo queda como una buena experiencia que más te fortalece. Sí, al final deportivamente me fortaleció porque estaba haciendo algo que me gusta. Fue algo arriesgado pero cuando persigues tu sueño y buscas llegar a lo más alto es cuando haces este tipo de cosas”, dice.
Como parte de un mal congénito que afecta del 0.1 al 3 por ciento de la población mundial, Horacio Nava tuvo que enfrentar desde los primeros años de su infancia episodios recurrentes de ansiedad y sudoración, así como los síntomas del Parkinson: temblor regular en las manos, brazos y piernas.
Sin tener conocimiento de lo que le pasaba, creía que su padecimiento era parte natural de su vida, y enfrentar una enfermedad tan extraña se convirtió en la faceta más difícil para él.
“En lo deportivo y lo personal esa enfermedad fue lo más complicado, esa cardiopatía congénita, como yo la traía de nacimiento. Como fue de nacimiento, yo temblaba del Parkinson y lo asociaba a lo natural. No lo asociaba a nada malo”, indica.
Un nuevo comienzo para Horacio Nava
Fue hasta que cumplió 23 años, tras haber quedado entre los diez mejores lugares en el Mundial de Atletismo de Finlandia 2005, cuando fue sometido a un chequeo general por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), donde fue diagnosticado con una vía eléctrica adicional en el corazón.
“En el 2005, después de mi primer Mundial de Atletismo en Finlandia me hicieron unos estudios y me detectaron el problema cardiaco. Aunque al principio fue negación, me dijeron que o me operaba o no podía seguir entrenando”, señala.
Horacio Nava asegura que pese a haber nacido con una deficiencia cardiaca que ponía en riesgo su vida, su entrenamiento riguroso, e incursión en deporte de alto rendimiento desde temprana edad, ayudaron a aminorar los efectos nocivos de su padecimiento, evitando cualquier tipo de complicación.
“Como yo desde chiquito tenía esa cardiopatía, mi corazón lo tengo grande, y en deportes de resistencia eso es de mucho riesgo. Pero al final deportivamente me fortaleció porque estaba haciendo algo que me ayudaba. Se acomodó que hiciera un deporte que me fortaleciera el corazón”.
Con la mira en Tokio
Tras haber conseguido la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Lima, Horacio Nava no logró mostrar su mejor versión en el Mundial de Atletismo de Doha 2019 por las condiciones climáticas; sin embargo, con 37 años se prepara para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en donde busca superar su marca más alta que fue el sexto lugar el cual logró en Beijing 2008.
“Al final no me recuperé y no fue un lugar bueno el que obtuve en el Mundial de Atletismo de Doha 2019. El clima es para todos, sabíamos que eran condiciones difíciles, al final fueron más difíciles de los que pensábamos, el clima es para todos y la sensación es para todos.
“50 km es una prueba longeva, vemos a marchistas de edad avanzada. Eso me hace pensar que puedo mantenerme vigente. Tengo mi objetivo en que puedo ser un protagonista de los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020”, sentencia el atleta, Horacio Nava.
Perfil
- Nombre: Horacio Nava
- Fecha de nacimiento: 20 de enero de 1982
- Edad: 37
- Altura: 1.80 cm
- Peso: 65 kg
- Deporte: Atletismo
- Disciplina: 50 km marcha