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FIFA es asediada. Reportes, fotografías, investigaciones y detenciones. Los dirigentes sienten la persecución mientras que las autoridades judiciales cuentan con elementos necesarios para ejecutar las detenciones.
No es una historia de ciencia ficción, es la dura realidad que atraviesa la Federación Internacional de Futbol Asociación, que durante años fue el blanco perfecto de funcionarios partidarios de la corrupción.
En la FIFA nada está escrito. El imperio que comanda Joseph Blatter desde hace 17 años ha caído, pero el propio mandamás del futbol mundial tiene amenazado al mundo entero con volver a las huestes.
No existe fecha de cuándo empezaron los sobornos al interior del organismo, lo cierto es que el llamado “Fifa Gate” se destapó el 27 de mayo de 2015 con la detención de siete altos funcionarios en Zúrich.
Por investigaciones del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, las autoridades judiciales suizas se dieron cita en el Hotel Baur au Lac para ejecutar las aprehensiones de Jeffrey Webb, vicepresidente de FIFA; el dirigente deportivo costarricense Eduardo Li y el nicaragüense Julio Rocha.
También arrestaron a Eugenio Figueredo, vicepresidente uruguayo de la FIFA, el venezolano Rafael Esquivel y el brasileño José Maria Marín, además del caimanés Costas Takkas. Los cargos: fraude, lavado de dinero y sobornos.
Reunidas todas las redadas y detenciones en torno al caso, se contabilizan 39 personas, entre dirigentes, exmiembros y excolaboradores de la FIFA, detenidos o imputados por la justicia de Estados Unidos.
Pese a todo el escándalo mediático que estremeció a toda la Federación, Blatter dijo que no dejaría su puesto en vilo y que los próximos Mundiales, el de Rusia 2018 y el de Catar 2022, se desarrollarían de acuerdo a lo planeado.
Y es que la entidad del futbol fue duramente criticada por la designación particular de la sede en Medio Oriente, pues el calor del verano obligó a la organización a moverlo de fechas. En vez de jugarse en julio se disputará en noviembre.
Precisamente el Mundial de Catar 2022 es la manzana de la discordia, según Blatter. En la contienda para la designación perdió Estados Unidos, el país que comenzó las investigaciones de corrupción en FIFA, por haberse cerrado algunas negociaciones en suelo estadounidense.
Escándalo político internacional
Más que un asunto interno de gestiones violentadas, lo que vive FIFA tiene que ver con gobiernos, países y política internacional de ambos lados del Océano Atlántico.
“Entre EU y Rusia existen problemas” y “así ocurrió que el Mundial y el presidente de la FIFA se encontraron en el epicentro del conflicto entre las dos potencias geopolíticas más grandes”, declaró Blatter en reciente entrevista.
El conflicto entre las dos potencias geopolíticas más grandes del mundo hicieron estallar la bomba, ahora la reputación del organismo pende de un hilo y parece que todo podría seguir en picada.
Si bien el 2 de junio fue el propio Joseph Blatter quien renunció y dejó su cargo a disposición, el 7 de octubre fue alcanzado por la maraña suelta para ser suspendido por el Comité de Ética del propio organismo, junto a Michel Platini, por 90 días sin involucrarse a la FIFA.
Cumplido ese período, Blatter volvería para entregar el Balón de Oro en la ceremonia del próximo 11 de enero de 2016, lo que significaría su penúltima aparición como presidente antes de las votaciones.
La próxima elección para elegir al presidente de FIFA será el 26 de febrero de 2016, en cuyo congreso el futbol podrían dar un giro histórico al sistema.
El Comité Electoral de la FIFA confirmó las candidaturas del príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, el francés Jerome Champagne, el suizo Gianni Infantino, el jeque de Bahrein Salman bin Ebrahim Al Khalifa y el sudamericano Tokyo Sexwale.
