La condena de tener un partido para el olvido estaba hecha. Pero la dirección táctica de Juan Carlos Osorio y la juventud de dos promesas del futbol mexicano pudieron mezclarse a la perfección para que México se llevara la victoria de 2-0 contra Honduras en San Pedro Sula.
Por más ríspido y hasta insípido que llegó a verse el juego, el Tricolor supo encontrar la llave para imponer su superioridad y terminar con el yugo de 50 años de no ganar en esa temible sede.
Fueron Jesús “Tecatito” Corona y Jurgen Damm, quienes viniendo de la banca por órdenes del técnico colombiano dieron la cara por México para conseguir una victoria importante en esta Eliminatoria Mundialista de Rusia 2018.
Cuando parecía que lo más emblemático de este cotejo sería la escalofriante lesión de rodilla del catracho Luis Garrido, a quien se le trabó la pierna en una disputa de balón con Javier Aquino, los cambios permitieron que los aztecas celebraran.
Después de una falla garrafal de Raúl Jiménez, quien luego de una gran jugada de Andrés Guardado para Javier Hernández y éste le puso un centro excelso al área que erró atrozmente, vinieron las anotaciones de los juveniles.
Al minuto 60 del partido Osorio decidió que entrara Corona en sustitución de Javier Aquino. Seis minutos después el juvenil la hizo de crack.
En el rechace de la defensa hondureña, el exrayado jaló la pelota de zurda con parte externa, no la dejó caer y tras acomodársela le pegó un fierrazo de volea que perforó la red.
El gol de Corona representó apenas la segunda aproximación de México a la portería de los locales, lo que significó un envión importante en su intención por dejar atrás la maldición de cinco décadas de no ganar en San Pedro Sula.
Pero la lectura del partido le permitió a Osorio hacer otro cambio más: sacar a “Chicharito” y meter a Damm, para que con su velocidad ganara a la escurridiza defensa catracha.
Y así sucedió. Cinco minutos más tarde el “alemán” también hizo su jugada maestra por la banda derecha. Se quitó al adversario, se enfiló con inteligencia al área, y tras levantar la mirada y disparó a matar como todo un experto.
Aunque definió como un mandón, luego sacó la edad en la celebración. Se despojó de la playera mexicana para besarla y demostrarle al mundo su alegría, ganándose así el cartón amarillo y hasta la llamada de atención de su capitán Andrés Guardado.
Con estos dos goles el Tri se puso del otro lado, el dominio sobre Honduras se consumó, solo fue cuestión de minutos para sobrellevar el resto del partido y concretar la victoria.
Pero aunque hubo dicha y regocijo, la banca mexicana no pudo irse del todo contenta: Oswaldo Alanís fue otro de los lesionados en tan maldita sede.
Al minuto 84 los servicios médicos también atendieron al del Toluca porque su pierna se trabó en el pasto, lo que le causó una dolorosa torcedura.
Honduras no se resignó y buscó por todos los medios recortar la ventaja para alcanzar a México, que incluso Alfredo Talavera fue otra figura del partido con una doble atajada que salvó al Tricolor.
El disparo de Boniek García casi a quemarropa no fue problema para Talavera, quien rechazó en el achique y volvió a sacar la pelota en el rebote por arriba del travesaño.
Así fue como la Selección Mexicana terminó con el ayuno en San Pedro Sula, permitiendo que Juan Carlos Osorio sume su segundo partido con gloria en su gestión como entrenador del Tricolor.
Después de estos partidos el combinado nacional descansará para reencontrarse a vuelta de año, tal vez en febrero, en algunos amistosos que el nuevo timonel tiene pensado.
Lesión escalofriante
El terror se apoderó del partido entre Honduras y México, donde el juego ríspido cobró dos víctimas.
Luis Garrido, el volante de contención del Dynamo de Houston, sufrió la más escalofriante lesión del año en el futbol profesional, al doblarse por completo y hacia el frente la pierna derecha, abandonando de inmediato el partido y el estadio con dirección al hospital.
Era el minuto 38 cuando el catracho fue a la jugada contra Javier Aquino. Éste, sin ninguna intención, cayó encima de la rodilla del contrario, quien se quedó erguido en medio del dolor por la articulación.
De inmediato fue atendido, incluso por el cuerpo médico de México, quienes lo estabilizaron y lo trasladaron a un nosocomio de la localidad.
El defensa mexicano Oswaldo Alanís también resultó lesionado, esto luego de que disputó un balón con Carlos Discua, pero al ganar la acción se quedó su pierna derecha trabada en el pasto y por ende terminó lesionado.