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El “teje y maneje” en el futbol mexicano ha obligado a desaparecer al romance en el que los jugadores sudaban la camiseta y sentían los colores del equipo. Ahora, la apuesta está en acrecentar los intereses económicos del deporte más popular de nuestro país.
En su juventud formó parte de las juntas de presidentes de clubes y estuvo al frente de la presidencia de distintos equipos hasta llegar a la dirección del más querido de México: las Chivas.
Es Francisco González Paul, quien fue presidente del Rebaño Sagrado en las temporadas 1989, 1990 y 1991, y quien por más de 26 años fue consejero del Guadalajara, así como tesorero de la Federación Mexicana de Futbol en 1989-1990.
Durante los años en los que González Paul estuvo al frente del Guadalajara (1989 a 1991), los derechos de transmisión por los partidos de futbol a nivel nacional comenzaron a ser más exitosos, puesto que inició una nueva forma de hacer rentable el juego, en donde los interéses económicos se colocaron muy por encima de los deportivos.
Lo que actualmente vemos en nuestros equipos nacionales, asegura González Paul, es que lo jugadores le tienen miedo a la pelota, y agrega que “los equipos no están dando buen rendimiento en la cancha porque les pesa más el compromiso muchas veces comercial”.
“El futbol ha subido mucho de precio, mucho de costo y sobre todo en México. A mí me da tristeza porque, lo que vale el futbol, no es lo que ofrece al público”. explicó el exdirectivo del chiverío a Reporte Indigo.
Los intereses económicos en los equipos de la liga mexicana son muy notorios, tanto que no es una casualidad el cambio de nombre de la liga a Liga Bancomer MX.
Para el exdirectivo y experto en temas de liga, estas tendencias han hecho que los jugadores realicen jugadas de repetición más no de inspiración, por eso la calidad ha bajado considerablemente.
El negocio de piernas
A mediados de 1986, Francisco González Paul, junto con distintos miembros de la Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut), impulsaron un proyecto que hoy se conoce como el Draft, esto con el fin de poner orden a los problemas que aquejaban al futbol, como los promotores y la sobrevaloración que ellos hacían sobre un jugador, bajo un régimen equilibrado a las contrataciones de los equipos.