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Ser el tercer deporte en la preferencia de la población es un triunfo por goleada para el soccer en Estados Unidos. Estrellas propias e importadas, dominio del género femenino y proyección en la zona tiene a los estadounidenses como los nuevos dueños del futbol.
El éxito del balompié en suelo yanqui no tiene uno ni dos años de trabajo. Desde la designación del Mundial 1994 y la creación de la MLS dos años después, el país más poderoso del mundo se ha abierto camino en el posicionamiento de un deporte que no era el suyo.
Con un modelo deportivo, económico, de desarrollo y promoción trabajado en conjunto con su Federación y los clubes participantes, el éxito del futbol en Estados Unidos está asegurado durante los próximos años.
Porque no solo han ganado una alianza con el verdadero rey de los deportes en el mundo, sino que también les ha permitido superar una barrera cultural que les brinda una perspectiva global.
Un deporte adoptado por las mujeres
Ganadoras del oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la más reciente edición del Mundial Femenil Mayor, las mujeres de Estados Unidos están demostrando que cuando se quiere ser potencia, se puede.
Según una encuesta del sitio Huffington Post realizada el pasado mes de junio, los estadounidenses están optando por sugerirle a los niños que van a comenzar a practicar un deporte que lo hagan con el futbol soccer.
Y son las niñas quienes siguen manteniéndose como las más interesadas no solo en practicarlo, sino en continuar en esta actividad con el paso de los años, sin duda una de las claves por las que el balompié femenil de Estados Unidos sigue evolucionando.
La Final de la Copa del Mundo Femenil entre las estadounidenses y japonesas el pasado domingo 5 de julio, fue el partido de futbol soccer más visto en la historia del vecino país tras alcanzar los 30.9 millones de espectadores.
Este juego superó los ratings de audiencia que se tuvieron en el duelo entre Estados Unidos y Portugal en el Mundial de Brasil 2014, el cual fue visto por 18.2 millones.
El juego fue visto más que cualquier juego de las Finales de la NBA, así como cualquier show en horas pico, incluyendo el Sunday Night Football o los Juegos Invernales de Sochi.
Esto confirma el interés en el balompié femenino en Estados Unidos.
Mientras en México nos hemos estancado en esta disciplina, y se analiza el futuro de Leonardo Cuéllar como timonel de las selecciones femeniles, Estados Unidos simplemente sigue alimentando su semillero de jugadoras que en los próximos años serán las nuevas estrellas internacionales del balompié femenil .
Conquistan la Concacaf
Cuando se habla de Concacaf, se tiene que considerar la debacle mexicana y el posicionamiento de Estados Unidos y Costa Rica como nuevas potencias de la zona.
Subcampeón de la Copa Confederaciones 2009, último campeón en Copa Oro 2013 y clasificar sin problema y como líderes en las últimas tres ediciones mundialistas, son razones de peso para pensar que la selección de las barras y las estrellas está dentro del camino rumbo a la grandeza.
Cierto que cuentan con figuras consolidadas en su liga nacional pero también han exportado talento a otras partes del mundo, con lo que es posible redondear un combinado nacional de gran altura.
Y si a esto se le agrega el liderazgo de un entrenador como Jurgen Klinsmann, quien como jugador ganó un Mundial y campeonato europeo con Alemania, y como director técnico ya llevó a Estados Unidos al oro de la Copa de Concacaf, todo indica que los estadounidenses están en la ruta correcta.
El destino preferido de los europeos
Eran finales de la temporada 2006-2007 cuando la Major League Soccer (MLS) daría uno de los golpes estratégicos y mediáticos más importantes de su corta historia: la contratación del astro inglés David Beckham.
Después de brillar en el Manchester United y el Real Madrid, de donde formó parte del histórico equipo galáctico, Beckham aterrizó en Los Ángeles Galaxy representando quizá el mejor movimiento de la MLS camino a la expansión y promoción de la liga.
La llegada de “Becks” construyó el puente perfecto para el cruce de una gran cantidad de estrellas del futbol europeo capaces de aportar otro nivel al espectáculo en Estados Unidos.
Thierry Henry, Rafael Márquez y Robbie Keane siguieron de inmediato sus pasos, hasta lo que hoy sabemos de otras estrellas del Viejo Continente como Kaká, David Villa, Frank Lampard, Steven Gerrard y Andrea Pirlo.
Su presencia en la liga estadounidense es de gran repercusión, desde un gran aumento en la asistencia a los estadios como la oportunidad de seguir contratando más y mejores jugadores de todo el mundo.
La cobertura mediática ha abierto las puertas del futbol soccer como negocio redondo, que sin duda el éxito de esta disciplina está asegurado por lo menos unas décadas más.
