Es uno de los clubes con más títulos, la franquicia más costosa de México y la que tiene la mayor cantidad de aficionados en el país. Pese a esto, Chivas peleará seriamente la posibilidad de descender de categoría.
Más que un torneo anecdótico, el Clausura 2014 se convirtió para el club Guadalajara en un punto de partida, ya que se instalaron en el terrorífico sitio 16 de la pelea porcentual, ahora estarán con la urgencia de cambiar el rumbo que les depara.
El Rebaño Sagrado está en crisis. Después de 43 años de no vivir una peligrosa situación de descenso, (la última en 1970-71) la realidad que se aproxima será contabilizar mentalmente cada paso propio y de los cercanos rivales, en búsqueda del alivio matemático por la permanencia en la Primera División.
Chivas tiene un cociente de 1.0588, apenas arriba del Puebla con 1.0147. Es una verdad dolorosa para uno de los clubes con más historia del país.
Cómo no llegar a estas instancias si terminó a cinco puntos del último sitio general y ligó su tercer temporada sin Liguilla.
Pero, ¿desde cuándo inició la desgracia? No es culpa de Ricardo La Volpe, pero su colaboración entra dentro del grupo de entrenadores que no encuentran la fórmula para hacer funcionar este equipo.
Ciertamente, al chiverío le vienen pasando desgracia tras desgracia desde hace apenas unos dos años. En el Clausura 2012 de la mano de Ignacio Ambriz, cuando terminaron en el sitio 15 de la tabla general, dieron un salto dramático en la porcentual, que de haber comenzado en el lugar 8, gracias a esa campaña descendieron al puesto 10.
Luego llegó John Van’t Schip y su cercanía con Johan Cruyff, una etapa de ilusionismo para las Chivas, que si bien ese torneo consiguieron la clasificación a la Liguilla, no fue suficiente para evitar bajar dos lugar más rumbo al descenso.
Benjamín Galindo fue el siguiente entrenador para el Clausura 2013, en este momento ya se empezaba a hablar del peligro que podía correr el cuadro tapatío si continuaban los descalabros, sin embargo el problema se agudizó.
Terminaron la temporada con 16 puntos, solo por encima del ahora descendido Atlante, quien siempre le sirvió de colchón en los últimos meses por tener peores resultados que los del Rebaño Sagrado. En ese torneo bajaron al 13 porcentual.
El acabóse llegó en el Apertura 2013. Chivas, con todo y su refuerzo de lujo como Aldo de Nigris, ganó solo dos de los 17 partidos del rol regular: contra el ya descendido Atlante y otro contra Pumas. La alarma se encendió, bajaron al sitio 14 de la tabla de cocientes y parecía que habían tocado fondo.
Pero no fue así, con la desastrosa temporada que acaba de terminar para ellos, el club Guadalajara registra una nueva pelea por el descenso la cual no tenían desde la temporada 1970-71, cuando de la mano del técnico Javier de la Torre, también les tocó jugar pensando en no irse a la segunda división.
Johan Cruyff no estuvo tan equivocado en su crítica vertida en octubre de 2012, respecto a que la historia de Chivas en los últimos 40 años es pobre.
Tres títulos en cuatro décadas han sido poco, el equipo tapatío vive todavía de las glorias conseguidas en el pasado, que quizá solo ellos no se han dado cuenta que el peso de una camiseta no es suficiente para ganar.
Y con la gravedad del caso, los partidos y puntos trascendentales no son lo único que se pierde con el paso de tan fracasada era rojiblanca.
Chivas está perdiendo la parte más importante: a su afición. La fe de sus seguidores va camino a la extinción, su asistencia al estadio Omnilife lo dice todo, pero se reitera cuando en partidos como el del domingo contra Monterrey, en el gol de Efraín Juárez, se percibió una masa numerosa que iba cuesta arriba para abandonar el recinto.
Los que se quedan para apoyar al equipo han cambiado de carácter. De ser un fiel hincha de Chivas, la crisis ha convertido a algunos tantos en seres agresivos capaces de descargar su frustración contra quien se convierta en una amenaza.
Las barras bravas están vetadas en el Omnilife, como grupos de animación ya no son bien recibidas por sus constantes altercados con las autoridades, así que al paso que esto va no se sabe cuánto tiempo tarda para ver abandonado este majestuosa obra arquitectónica.
En entrevista vertida ayer por la mañana, Jorge Vergara creó una nueva ilusión y esperanza para quienes se consideran chivas de corazón. Dijo tener una lista de 25 posibles jugadores para su próxima reestructuración, así que parece se jugará su última carta.
Apenas en marzo pasado, Vergara se denominó “baboso para negociar” jugadores para Chivas, ofreciendo una recompensa de un 10 por ciento del valor de un jugador que pueda reforzar su equipo.
Los planes se inclinan a una limpia a conciencia en la plantilla que lleva años esperando que el equipo mejore.
Porque a pesar de que se sigue apostando a las promesas juveniles que han visto crecer este problema, es momento de que Chivas encuentre líderes que salven el barco. Claro, con el mismo técnico ratificado de última hora.
Baja productividad
Después de 17 jornadas completas en el Clausura 2014, el club Guadalajara registró un bajo promedio de goleo como equipo. Solo tuvieron 0.7 anotaciones por partido, para sumar 13 tantos. Los más goleadores fueron Aldo de Nigris y Omar Bravo, con tres dianas cada uno.
Un técnico tras otro
Sin encontrar al bueno
En los últimos tres años, Jorge Vergara ha buscado la solución a su equipo en una gran variedad de entrenadores. Su lista la encabezan José Luis Real, Fernando Quirarte, Ignacio Ambriz, Alberto Coyote, John Van’t Schip, Benjamín Galindo, Juan Carlos Ortega y Ricardo La Volpe.