Salto de oro
La clavada espectacular de Zach LaVine en el All Star Game 2015 lo tiene ahora con los reflectores a toda luz. El novato es la nueva sensación de la NBA y su popularidad está por convertirse en fama y fortuna a su favor.
Después de ser el jugador más espectacular y brillante del certamen de clavadas de esta temporada, donde ganó con autoridad sobre Victor Oladipo, de Orlando Magic, el novato de 19 años que milita en los Minnesota Timberwolves se despojó de su niñez para asumir un nuevo rol de estrella del básquetbol mundial.
Rocío CepedaLa clavada espectacular de Zach LaVine en el All Star Game 2015 lo tiene ahora con los reflectores a toda luz. El novato es la nueva sensación de la NBA y su popularidad está por convertirse en fama y fortuna a su favor.
Después de ser el jugador más espectacular y brillante del certamen de clavadas de esta temporada, donde ganó con autoridad sobre Victor Oladipo, de Orlando Magic, el novato de 19 años que milita en los Minnesota Timberwolves se despojó de su niñez para asumir un nuevo rol de estrella del básquetbol mundial.
Convertirse en el segundo campeón más joven en la historia del concurso, después de Kobe Bryant con 18 años, tiene a Lavine en la mira de patrocinadores, de marcas y fanáticos en general por descubrir hasta dónde puede llegar cuando bota el balón en la duela.
Dobló su cantidad de seguidores
Antes del concurso de clavadas, Zach rondaba los 44 mil seguidores en su cuenta personal de Twitter, en reconocimiento por lo que había logrado desde su ingreso a la NBA con el equipo de los Timberwolves.
Doce horas después de ponerse en los ojos del mundo con su actuación en el evento, donde recibió calificaciones cercanas a la perfección, el novato basquetbolista duplicó sus followers al grado de rondar casi los 100 mil seguidores.
En Instagram, una de sus redes sociales más atendidas, tiene 275 mil seguidores y una gran cantidad de comentarios favorecedores por su talento frente al aro.
Hace recordar a Michael Jordan
Las palabras de Earvin “Magic” Johnson lo dicen todo. “Zach LaVine, sin ayuda de nadie, trajo de vuelta el concurso de clavadas”. Su magia es inobjetable y los grandes del baloncesto saben reconocerlo.
Pero el talento de Lavine lo ha llevado más lejos. El comparativo con Michael Jordan está presente desde que tomó la iniciativa de imitar a su estrella favorita en el certamen, incluso vistiendo la playera estilo “Space Jam”.
El base de los Timberwolves se enfundó en una camiseta en homenaje a Jordan, al cual conoció al ver la película de 1996, cuando era un niño.
Lo mejor de querer ser como “Mike” es que precisamente voló como él y tiene características que le semejan a su talento.
Revalorización de su marca
Pasar de un jugador con cierto potencial a un campeón del Smash Dunk Contest de la NBA no es cualquier cosa para la carrera de Zach LaVine. A sus 19 años, la suerte le ha sonreído gracias a su talento para “volar”.
Minnesota Timberwolves lo eligió el año pasado en decimotercera posición del draft y solo una semana después firmó su contrato como profesional, con un salario de 2 millones 55 mil 840 dólares.
El jugador procedente de UCLA se ha convertido en uno de los basquetbolistas más deseados por las firmas comerciales, ansiosas por encontrar nuevos valores que impulsen la promoción y potencialización de sus propias marcas.