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Suicidio asistido

Cuando terminas con más jugadores expulsados que tiros a gol, sabes que algo muy malo te pasó en la cancha. Algo que simplemente te impidió no jugar lo que sabes o por lo menos lo que debe estar a la altura de una Final.

Tres goles en contra, tres expulsiones y sin ningún momento de emoción durante los 90 minutos, fue lo que quedó para el olvido en la Vuelta de Tigres contra América, donde las Águilas alzaron el vuelo para ganar su doceavo campeonato.

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finales
ha perdido ‘Tuca’, para ser el segundo técnico con más subcampeonatos
"Infelizmente no nos alcanzó, tenemos que aceptarlo. Me hubiera gustado perder con un poco más de cordura, no con tres jugadores expulsados. Eso no demerita el triunfo de América”
Ricardo FerrettiD.T. de Tigres

Cuando terminas con más jugadores expulsados que tiros a gol, sabes que algo muy malo te pasó en la cancha. Algo que simplemente te impidió no jugar lo que sabes o por lo menos lo que debe estar a la altura de una Final.

Tres goles en contra, tres expulsiones y sin ningún momento de emoción durante los 90 minutos, fue lo que quedó para el olvido en la Vuelta de Tigres contra América, donde las Águilas alzaron el vuelo para ganar su doceavo campeonato.

Tal vez la tarjeta roja de Damián Álvarez fue la más dudosa en la noche de Paul Delgadillo, pues las equivocaciones de Nahuel Guzmán y Darío Burbano fueron parte del suicidio felino que permitió el coronamiento del ahora club más ganador del futbol mexicano.

La resaca que deja este partido será dolorosa para los más de 15 mil aficionados tigres que se dieron cita en el estadio Azteca y para todos los que esperaban la celebración en la Sultana del Norte, ya que su equipo nunca apareció en la cancha.

Porque de tener la ventaja parcial de 1-0 gracias al gol de Joffre Guerrón en la Ida del Universitario, desde el inicio de la Vuelta nunca hubo un momento claro donde se reflejara la intención del plantel auriazul por extender el marcador.

Cuidados o hasta un tanto temerosos. Así salieron los Tigres a la cancha del ave como esperando pasar todo el partido colgados del travesaño.

Y aunado a esto, de forma extraña Ricardo Ferretti alinea a Emanuel Villa como titular del ataque, siendo que solo había jugado 32 de los últimos 540 minutos disputados.

Ni “Tito” ni nadie hizo nada por matar al rival. En cambio, las Águilas no dudaron un segundo por pelear todas las pelotas, conservar el control de la pelota y encontrárse pronto el gol del empate soñador.

Si bien al minuto 19 el árbitro le “bajó” de revoluciones al América por la aparición de una luz láser en los rostros de los jugadores, esto no fue impedimento para que cayera el gol.

Fue al 36 por conducto de Michael Arroyo, quien se quitó a Damián Álvarez, le hizo una bicicleta a Hugo Ayala y fulminó la red de Nahuel Guzmán con un zurdazo al águlo superior derecho que hizo retumbar el coloso de Santa Úrsula.

Para el segundo tiempo no solo continuó el juego sombrío, también vinieron una serie de expulsiones que concretaron la debacle felina.

Al 61’ cayó el segundo gol azulcrema por vía de Pablo Aguilar, quien luego de un tiro libre al área le ganó el salto a José Rivas para cabecear la pelota y mandarla al fondo de la red.

Al 63’ Tigres sufrió su primera expulsión. En un contragolpe, Darío Burbano, con solo 30 segundos en el campo, jaló por la espalda a Miguel Layún para derribarlo.

Cuatro minutos después, Damián es expulsado por intentar darle un puñetazo a Ventura Alvarado y se quedan con nueve.

Al 72’ fue el acabose felino. Nahuel Guzmán se fue a las regaderas por dejarle la pierna arriba de la cintura a Michael Arroyo.

El América tenía tres hombres de más, Tigres estaba muriendo lento y solo había que hacer una cosa: poner el último clavo a la tumba que ellos mismos cavaron.

Al 77’ Oribe Peralta, quien no había aparecido en toda la Liguilla, cerró la temporada con un gol de media tijera que decretó así el doceavo título del club.

Cierto que Luis “Quick” Mendoza no pudo terminar en el campo por una pelea de la que Jesús Dueñas se salvó de una merecida expulsión, 

De esta forma los pupilos de Ricardo Ferretti se despidieron del Apertura 2014, con la encomienda de analizar fríamente lo ocurrido en el Azteca y ver qué se debe mejorar para la próxima temporada del 2015.

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