La mejor decisión del Club Guadalajara: vender un segundo boleto a un peso. La mejor jugada en el estadio Omnilife: el apoyo de la afición rojiblanca que fue motivo de inspiración para dos grandes goles y un merecido triunfo salvador.
A la cita contra Pumas, a donde se pudo convocar a más de 40 mil seguidores del Rebaño Sagrado que de principio a fin alentaron a su moribundo equipo cuando más le hacía falta.
La respuesta del equipo de José Manuel de la Torre fue positiva. Dos golazos de Marco Fabián y Ángel Reyna, respectivamente, contra una anotación de penal de Eduardo Herrera, fue motivo de celebración en el Guadalajara que vive día a día su lucha por no descender.
Tanta era la necesidad por conseguir sus primeros tres puntos que durante la primera parte del encuentro fue una buena propuesta del chiverío, mientras que los universitarios se mostraban desordenados y con tremendos huecos en la defensa.
Fue al minuto 17 cuando Marco Fabián firmó el gol de la semana al tomar por sorpresa a la zaga de Pumas con tremendo disparo desde fuera del área que el portero Alfredo Saldívar no alcanzó ni a rasguñar.
La pasión desbordada en las gradas del Omnilife prendieron más las emociones de los hombres en el campo. Chivas era el equipo propositivo y dispuesto a sus conveniencias en cada toque de pelota.
Suficiente ánimo de la ventaja les llevó a conseguir la segunda anotación. Un servicio en diagonal, un desvío de Marco Fabián sirvió para que Ángel Reyna la prendiera de aire con la zurda para el 2-0.
Con la ventaja en el bolsillo, Chivas bajó significativamente el ritmo de juego. Esto los llevó a recibir presión extra en su área y a que el arquero Luis Michel mostrara cierto nerviosismo, como cuando al 70’ se le resbaló una pelota de Ismael Sosa pero que Jair Pereira alcanzó a desviar.
Una dudosa mano de Erick “Cubo” Torres fue un obsequio para el Pumas que poco estaba haciendo en la cancha. Erim Ramírez decretó la pena máxima y fue Emanuel Herrera quien concretó el definitivo 2-1.
Cierto, Chivas terminó presionado, pidiendo la hora, pretendiendo gastar el tiempo tirados en el pasto con pequeñas faltas, pero la suerte ya estaba echada y con ello se llevaron sus primeros tres puntos de tan crucial temporada.