Una Fórmula desgastada
Dos carreras, Australia y Bahréin, bastaron para dar marcha atrás a una posible estrategia de expectativa que terminó por fastidiar a los pilotos. FIA y F1 no tuvieron otra opción y cedieron a la cancelación.
Entre el vaivén de decisiones, ya convertidas en tragicomedia, la Fórmula Uno se muestra desesperada y un poco desgastada por intentar mantenerse como un serial competitivo y atractivo que les permita un futuro promisor.
Rocío CepedaDos carreras, Australia y Bahréin, bastaron para dar marcha atrás a una posible estrategia de expectativa que terminó por fastidiar a los pilotos. FIA y F1 no tuvieron otra opción y cedieron a la cancelación.
Entre el vaivén de decisiones, ya convertidas en tragicomedia, la Fórmula Uno se muestra desesperada y un poco desgastada por intentar mantenerse como un serial competitivo y atractivo que les permita un futuro promisor.
Jean Todt y Bernie Ecclestone representantes de FIA y F1, respectivamente, propusieron a la Comisión de este campeonato y al Consejo Mundial de la Federación la cancelación del formato de la sesión de clasificación estrenado este año, volviendo al formato tradicional.
Esto fue producto de la presión que pusieron 11 equipos de la parrilla de Fórmula Uno porque simplemente no les llegó a convencer el sistema que fue creado para recuperar el interés de los aficionados a las carreras.
Y es que es fácil pensar que lo que no es tradición luego se vuelve confuso para el espectador, que de por sí está alejándose de a poco por la falta de competitividad que existe en el campeonato desde hace varios años.
Mantener al aficionado durante 21 fines de semana comienza a ser complicado para la F1. Cambios como la prohibición de la comunicación por radio, nuevos circuitos, una modificación en el orden del calendario y calificaciones estrictas son medidas en búsqueda de que sean los corredores quienes muestren mayor habilidad en la competencia.
Aunque fue Sebastian Vettel el primero en alegar por las regulaciones, después lo secundó Fernando Alonso, quien cansado por la complejidad del serial, abogó por los aficionados que comienzan a aburrirse del espectáculo.
“Estoy triste por el deporte, no se ve bien desde afuera cuando en una semana cambiamos el formato de calificación tres veces. Con ese tipo de cosas, es normal que apaguen sus televisores”, dijo Alonso hace varias semanas.
Ante la presión, a la que también se unió el legendario Nikki Lauda por parecer “estúpido” ese formato, la Fórmula Uno tiene mucho más trabajo del que ya tenía, pues si bien le preocupa lo que piense el aficionado común, al interior del Gran Circo también están comenzando a fastidiar a los que manejan el espectáculo.
…Y Sauber en la quiebra
En medio de la crisis deportiva que vive la Fórmula Uno, la Escudería Sauber también sufre su propia debacle financiera que aunque se ha extendido durante varios años, es ahora cuando han reportado el pico más bajo de su economía.
Desde los tiempos de Esteban Gutiérrez, cuando al piloto mexicano no le pagaban en tiempo y forma, el equipo que lidera Monisha Kaltenborn tiene problemas para cubrir la nómina de los empleados.
Medios informan que desde febrero que Sauber dejó de pagarle a muchos trabajadores, por eso crecen las dudas respecto a que aparezcan o más bien que desaparezcan por completo en el Gran Premio de China.
Los rumores apuntan a que el equipo ya no tiene siquiera para pagar los traslados, y por ello habría una posible compra por parte de Ferrari.
Pero al parecer Sauber no es el único que sufre la crisis económica, también estarían con dificultades el Force India, donde corre el mexicano Sergio Pérez, y el equipo Williams.