Si la selección de España no quiere seguir los pasos del rey Juan Carlos y renunciar a su trono, no solo debe ganar sus próximos dos compromisos de la Copa del Mundo, sino sacar una cómoda ventaja.
España tiene una diferencia de goles de -4 y Chile +2, por lo que la diferencia de seis goles deja a los dirigidos por Vicente Del Bosque en una difícil situación.
El reglamento FIFA detalla que el primer criterio de clasificación son los puntos y el segundo la diferencia de goles.
De esta forma la presión aumenta para la vigente campeona del mundo, que comienza a ser seriamente cuestionada tras la derrota contra Holanda en la primera jornada de la Copa del Mundo.
Adjetivos como “humillada”, “ridiculizada” o “abofeteada”, fueron algunas de las portadas que aparecieron en los periódicos españoles al día siguiente.
La convocatoria de los 23 jugadores que Del Bosque llevó a Brasil fue seriamente criticada. Y es que 16 de sus elementos estuvieron en Sudáfrica.
Nunca un campeón del mundo había recibido una goleada tan amplia en su estreno en la siguiente edición de la máxima fiesta del balompié. Hay datos que preocupan como el recuerdo de la Francia, que después de proclamarse campeona del Mundo y Europa, cayó en la primera ronda en Corea y Japón.
El míster español lo dejó bien claro, si hay algún cambio en la alineación en una de las primeras dosn “finales” que tienen por delante, no será por señalar a ningún jugador como culpable.
Pero comienzan las dudas, sobre todo en el caso de Iker Casillas, quien apenas ha jugado esta temporada 10 partidos, y con una defensa que hizo agua con Piqué y Ramos.
Los partidos contra Chile la próxima jornada y contra Australia, pueden hacer que este equipo español sea épico si consigue sobreponerse de un golpe duro como fue el haber recibido cinco goles, o bien, como hablan muchos medios, se podría confirmar que este es el fin de un exitoso ciclo de la Roja.