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No solo deben sacudirse el miedo, sino plantear un sistema que concuerde con las habilidades de cada jugador
El enemigo más grande en la Selección Nacional se llama miedo. En diferentes niveles se ha podido comprobar que el padecimiento está afectando en gran medida, pero si el Tricolor quiere salir pronto del problema antes de ser demasiado tarde, esta noche tienen la oportunidad perfecta en la Copa Oro.
Frente a un Canadá herido vergonzosamente por una selección de Martinica que ni siquiera figura como agremiado de FIFA, el equipo mexicano deberá levantar la cara y esbozar un mejor futbol para bien de los jugadores y del cuerpo técnico que va en descenso.
Es cierto que al entrenador José Manuel De la Torre no le importa mucho la Copa Oro sino solo clasificar pronto al Mundial de Brasil 2014, pero para ellos el certamen de Concacaf puede ser el trampolín perfecto a un mejor panorama si consiguen imponerse ante los rivales que les esperan.
Pero no solo el miedo deben sacudirse, México también debe plantear un sistema táctico idóneo que concuerde con las habilidades de cada jugador, ya que en partidos anteriores las decisiones del entrenador no han sido las más adecuadas en el terreno de juego.
En la derrota contra Panamá fue un desastre colocar a Raúl Jiménez como volante por derecha con la encomienda defensiva, ya que además de exhibirle negativamente por su deficiente aporte, el jugador le abrió espacios al rival cual avenida principal.
La Copa Oro representa la primera oportunidad de esta Selección “B” para jugar juntos como equipo, lo cual es evidente en casos como el de Efraín “Chispa” Velarde que de ser lateral izquierdo tuvo que intentar –sin éxito- acoplarse al mediocampo con salida en el debut del torneo.
Este equipo era comandado por Salvador Reyes y Raúl “Potro” Gutiérrez antes del inicio, pero el “Chepo” decidió asumir el compromiso como buscando lavar su honra y salvar su prestigio, lo cual de no superar esa incapacidad táctica que ofensivamente apena y defensivamente se lamenta, su puesto estaría en juego.
Así pues, México está obligado a conseguir este jueves la victoria sobre Canandá, ya que de no hacerlo estaría contra la pared y con la esperanza de llegar a ganar su último encuentro de grupo contra Martinica, para esperar poder pasar a Cuartos de Final como uno de los dos mejores que queden como terceros de sector.
La presión del paisano
Perder la paciencia de ver que la Selección Mexicana no endereza su camino es fácil, lo sorprendente es saber la forma en cómo el aficionado mexicano en Estados Unidos se está poniendo en contra del Tri de sus amores.
Ese estadio, donde apenas el año pasado el Tri consiguió el título del presente certamen, fue testigo del cambio radical que está viviendo el aficionado en suelo estadounidense, el cual llega a pagar hasta 500 dólares por sentirse cerca de México pero a cambio está recibiendo un feo espectáculo.
Entre botellas de agua e insultos, José Manuel De la Torre abandonó el Rose Bowl de Pasadena, California, tras la derrota dolorosa contra Panamá en el debut de Copa Oro, un momento penoso del que los paisanos no están acostumbrados.
Habrá que esperar la reacción de los asistentes al Centurylink Field, pues una derrota más en suelo norteamericano gestaría una nueva perspectiva hacia el cuadro mexicano frente a una afición fiel que todo lo da y parece que recibirá poco a cambio.
