El gobierno de México tapará el sol con un dedo. La suspensión indefinida de nuevos proyectos de energías renovables traerá consecuencias irreversibles para los compromisos asumidos a nivel internacional.
Y no solo eso, el país perderá la oportunidad de convertirse en una potencia mundial en energías renovables, ya que por su posición geográfica la rentabilidad en este sector es muy alta.
También se corre el riesgo de que al cerrar la puerta a los jugadores privados estos lleven su capital hacia otros mercados.
Las inversiones para la generación de electricidad con energías renovables en la República Mexicana superan los 20 mil millones de dólares y es una actividad económica esencial para el desarrollo económico.
Tan solo el sector solar representa una inversión directa de 8 mil 550 millones de dólares y la generación de más de 64 mil empleos en toda la cadena de valor, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex).
El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), por instrucciones de la titular de Energía Rocío Nahle, tomó la decisión con el objetivo de dar certeza y garantizar el suministro de energía eléctrica mientras dure el periodo de confinamiento en México.
Sin embargo, dicha medida ha sido cuestionada por diversos analistas, ya que consideran que el acuerdo es pobre en sus argumentos, pues las renovables no afectan la generación de otro tipo de energía.
Pero el punto más preocupante es que viola el Estado de derecho, así como la competencia económica al favorecer solo la agenda de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Elie David Villeda, experto energético, opina que el acuerdo no tiene una base legal sólida y esto provocará una oleada de amparos cuando en este momento el gobierno debería estar apoyando la creación de más proyectos verdes que ayuden a alcanzar las metas de sustentabilidad.
“Esto nos aleja cada vez más de cumplir con los acuerdos de París para bajar emisiones de carbono, también de tener una matriz energética diversificada y tampoco ayuda en la soberanía energética, ni da un beneficio económico para la sociedad. La CFE va a tener que recurrir a más generación sucia poniendo en riesgo la salud de millones de personas y de generaciones futuras”, precisa el experto en energías renovables.
Villeda considera que esta medida no solo afectará a los participantes del mercado, que son empresas generadoras, comercializadoras, y privadas que tienen PPAs (Power Purchase Agreement en inglés, o acuerdos o contratos de compraventa de energía), también tendrá una afectación para la CFE, ya que la empresa dirigida por Manuel Bartlett cuenta con centrales eólicas y solares que tendrán que bajar su producción como establece el documento del Cenace.
Desperdiciar las energías renovables
Al cierre de marzo, Asolmex reportó que el sector de las renovables acumuló una capacidad fotovoltaica instalada de 5 mil 510 MW, repartidos entre proyectos de gran escala y Generación Solar Distribuida. El total de esta energía equivale a iluminar cerca de 26 millones de hogares en todo el país.
A la fecha hay en operación 68 centrales solares en México. Los últimos dos proyectos fueron el de Villa Ahumada en Chihuahua, la primera central que entró en operación como parte de la Tercera Subasta de Largo Plazo, con una capacidad de 150 MW y una inversión de 145 millones de dólares, y el último fue la central solar de 30 MW en Aguascalientes.
Asolmex revela en un informe que el acuerdo tiene impactos negativos en 44 proyectos de generación de energía limpia ubicados en 18 entidades.
Se trata de afectaciones a 26 plantas solares fotovoltaicas y eólicas que estaban listas para entrar en operación, más 18 proyectos en construcción, respaldados por más de 6 mil 400 millones de dólares de inversión directa.
El experto Elie David Villeda asegura que después de esto muchas empresas se van a replantear el seguir desarrollando en México o mejor llevar su dinero en donde exista un verdadero Estado de derecho porque al final la CFE es la única que gana, en contraste todos los mexicanos pierden.
“Al presidente se le olvida que muchas de las empresas privadas son mexicanas que emplean una gran cantidad de fuerza laboral. El ir en contra de ellas, es ir en contra del mismo desarrollo del país”.