Advertencia brasileña
Para los mercados emergentes como México, un 2015 decepcionante podría convertirse en un 2016 aún peor gracias a un mal común: un alto, y creciente, nivel de endeudamiento privado (que engloba las obligaciones de las empresas y de los hogares).
Quizá ningún país ejemplifica mejor esta situación que Brasil, que en parte gracias a una deuda privada equivalente al 93 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) se enfrenta a su peor recesión desde 1930 y a una inflación de doble dígito que sus autoridades no han podido controlar debido a la fuerte depreciación del real brasileño.
Rolando HinojosaPara los mercados emergentes como México, un 2015 decepcionante podría convertirse en un 2016 aún peor gracias a un mal común: un alto, y creciente, nivel de endeudamiento privado (que engloba las obligaciones de las empresas y de los hogares).
Quizá ningún país ejemplifica mejor esta situación que Brasil, que en parte gracias a una deuda privada equivalente al 93 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) se enfrenta a su peor recesión desde 1930 y a una inflación de doble dígito que sus autoridades no han podido controlar debido a la fuerte depreciación del real brasileño.
En un reporte reciente la calificadora crediticia Fitch Ratings indica que “los retos a los que se enfrenta Brasil en parte reflejan el nivel y rápida alza de la deuda de su sector privado”, algo que debería preocupar a otros países ya que la relación deuda privada/PIB de los mercados emergentes pasó de 73 a 107 por ciento entre el 2009 y el 2014.
El análisis de Fitch se enfoca en siete de las mayores economías emergentes, entre las cuales Brasil tiene el mayor endeudamiento privado y México el menor (equivalente al 47 por ciento de su PIB).
Amenaza interna
La desaceleración del crecimiento económico de los mercados emergentes obedece principalmente a factores externos como el colapso en los precios de las materias primas que estos países se dedican a exportar y a las fugas de capital resultantes de expectativas de una próxima alza de tasas de interés en Estados Unidos.
Sin embargo, cada vez más expertos como los de Fitch destacan al endeudamiento como un factor interno que podría mermar aún más el crecimiento emergente, que en promedio solía estar casi 8 puntos porcentuales por encima del de los países desarrollados en 2010 y ahora sólo tiene 2 puntos de ventaja.
Fitch es la más reciente voz en unirse al coro de alarma acerca de la situación de endeudamiento de los mercados emergentes, pero éste también incluye a organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y a banco centrales como el Banco de México (Banxico).
Riesgo crediticio
Para Ed Parker y James McCormack, analistas de Fitch, el crecimiento del endeudamiento privado en las economías en desarrollo representa un problema en potencia que podría pesar próximamente sobre la salud económica de estos países.
“Una deuda privada alta y rápidamente creciente puede tener un número de efectos adversos potenciales sobre el crecimiento económico, la salud del sistema bancario y la solvencia gubernamental”, advierten un reporte redactado por Parker y McCormack.
El reporte de Fitch, publicado el día de ayer, recuerda que “muchas crisis de mercados emergentes han sido precedidas por un rápido incremento en la deuda”.
Esto se debe a que un alto nivel de deuda reduce el crecimiento económico al dirigir una cantidad cada vez mayor de dinero al pago de obligaciones en lugar de a la inversión o al consumo, además de aumentar el riesgo de crisis financieras y recesiones más profundas.
Parker y McCormack además advierten que los problemas no se limitan al sector privado, ya que “la deuda privada a menudo ha migrado hacia los balances soberanos (de deuda pública) en crisis financieras pasadas”.
Banxico alerta
Esta semana Banxico y su gobernador, Agustín Carstens, reconocieron que el endeudamiento privado mexicano (excluyendo al del sector financiero) creció de forma significativa en los últimos años, alcanzando un monto equivalente al doble del registrado en 2008.
Sin embargo, el propio Carstens señala que “no se quiere sonar una alarma fuerte”, ya que considera que “los riesgos están contenidos”. El gobernador de Banxico agrega que “las empresas que han contratado deuda en moneda extranjera deberán estar muy al pendiente de administrar los riesgos, sobre todo si no tienen una fuente de ingresos en moneda extranjera”.
Esto último hace referencia a las dificultades a las que podrían enfrentarse las empresas para pagar sus obligaciones denominadas en divisas extranjeras, las cuales equivalen a más de la mitad del endeudamiento corporativo total, ante una mayor depreciación del peso. Si el peso sigue perdiendo su valor contra otras monedas, esto encarecería estas deudas en términos relativos.
Fuera de las empresas, Carstens advierte que hay indicios de sobreendeudamiento en algunos hogares mexicanos, principalmente ligado a créditos de nómina y de consumo entre familias de bajos ingresos. Sin embargo, el gobernador clarificó que no es una situación que se presente de forma generalizada o que esté arriesgando presentemente el sistema financiero.