El as bajo la manga de México

El gobierno mexicano busca diversificarse hacia otros mercados mediante el CPTPP con el propósito de blindarse de la incertidumbre generada por el cierre del TLCAN y las medidas proteccionistas del presidente Donald Trump
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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México está moviendo sus cartas. El gobierno mexicano prepara varias jugadas en caso de que la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no llegue a buen fin y las medidas proteccionistas del presidente Donald Trump se intensifiquen.

El as bajo la manga del país es el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP o TPP-11), una puerta de acceso a seis nuevos mercados y una oportunidad para profundizar su presencia agroalimentaria en cuatro más.

Arlene Ramírez-Uresti, internacionalista del Tec de Monterrey, campus Toluca, opina que este tratado se puede convertir en una mano ganadora para México en el terreno comercial, ya que puede compensar parte del vacío que dejaría la ausencia del TLCAN.

“Hay que apostarle al CPTPP porque a México le beneficia y con esto puede contrarrestar de alguna manera lo que se pierda de comercio con Estados Unidos”
Arlene Ramírez-UrestiInternacionalista del Tec de Monterrey

El CPTPP fue suscrito por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam en marzo pasado luego de que Estados Unidos anunciara su salida del antecedente de este tratado comercial (el TPP) en enero de 2017.

En promedio, los países CPTPP concentran 13.5 por ciento del PIB mundial, equivalentes a 10 mil 205 millones de dólares, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía (SE).

Asimismo, el bloque tiene un mercado potencial de 495 millones de consumidores y mueve 14.9 por ciento del comercio internacional.

Ramírez-Uresti detalla que el CPTPP le permite a México colocar al menos 753 productos agrícolas e industriales en nuevos mercados.

12.7
por ciento de la Inversión Extranjera Directa mundial la capta el bloque

México se convirtió en el primer país en ratificar el acuerdo entre 11 naciones de la región Asia-Pacífico a finales de abril de 2018.

Le siguió Japón, el cual ha sido uno de los principales precursores del CPTPP después de que Estados Unidos se retirara.

El tercero en hacerlo fue Singapur hace un par de días al informar que el gobierno decidió ratificarlo dado el contexto actual de tensiones comerciales y con el objetivo de enviar un mensaje de su “compromiso en la liberalización del comercio y un sistema basado en reglas”.

Por su parte, Australia espera que pronto seis miembros lo ratifiquen para que entre en vigor y con ello pueda tener por primera vez un Tratado de Libre Comercio con México.

Para 2019, se abrirán a las negociaciones para el ingreso de nuevos socios y con ello logren participar en la zona de libre comercio más grande del mundo y con gran potencial de consumo.

Entre los países que han mostrado su interés por integrarse al acuerdo están Colombia, Corea del Sur, Indonesia, Tailandia y Taiwán.

Reino Unido también expresó su deseo de unirse, luego de que autoridades de Londres informaran que consultarán a sus ciudadanos sobre la posibilidad de adherirse al pacto.

Socios de cuidado

Guadalupe Peña, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, coincide en que el TPP-11 le ofrece a México la oportunidad de diversificarse y así lograr disminuir la incertidumbre de lo que sucederá en el corto plazo con la renegociación del TLCAN.

“El CTPP le abre una puerta a México para poder intercambiar productos, en especial los que tienen que ver con el sector agropecuario”
Guadalupe PeñaEspecialista de la Facultad de Derecho de La Salle

Sin embargo, Peña advierte de los riesgos que implica tener socios acostumbrados a hacer negocios con prácticas más agresivas, como Vietnam y Malasia.

En el caso particular de la economía vietnamita, la especialista explica que los productores tienen interés en México, ya que al ser su principal socio comercial en América Latina han logrado introducir sus productos textiles a través del país.

El método más común que es utilizando entre Vietnam y Estados Unidos es el ‘uno por uno’, que consiste en ocupar textiles estadounidenses para elaborar prendas que después entrarán al mercado como si fueran un producto ‘Made in USA’, pero que en realidad fueron manufacturas en el país asiático.

“El temor de la industria textil en México es que utilicen ese mismo esquema para comenzar a descartar productos nacionales”, precisa Peña.

Aunque Ildefonso Guajardo, titular de la SE, se ha comprometido a proteger a los productores locales, la especialista de La Salle opina queMéxico debe realizar un proyecto integral de aranceles estratégicos como mecanismo de defensa.

Esto le permitirá sentarse a negociar con los vietnamitas para que, dependiendo del volumen de producción que ingresen a territorio nacional, se les establezcan cuotas diferentes en lugar de las preferencias arancelarias que ofrece el CPTPP a los miembros, ya que si se les aplican las reglas generales tendrán todas las ventajas.

“Vietnam no es un socio fácil y por eso mismo es necesario que exista una colaboración entre el gobierno mexicano y las cámaras del gremio textil y de confección. Si esto no ocurre, los productores mexicanos difícilmente podrán sobrevivir a la competencia con el tiempo”.

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