Asedio al Amazonas
La disputa protagonizada por China y Estados Unidos amenaza con provocar un desastre en la selva amazónica ante la posibilidad de una deforestación masiva de soja
Nayeli Meza OrozcoLa guerra comercial entre China y Estados Unidos generará daños irreparables al medio ambiente. En momentos en que parece que ambas potencias económicas no darán tregua a su disputa, el Amazonas se encamina a convertirse en su siguiente víctima.
La razón: ante la imposición de aranceles y el bloqueo de mercancías, el dragón asiático busca alternativas para abastecerse de soja y para lograrlo ha puesto a Brasil en la mira.
El año pasado, Washington aplicó impuestos de hasta 25 por ciento en bienes importados chinos por un valor de 250 mil millones de dólares. En respuesta, Pekín impuso aranceles de 25 por ciento a los bienes estadounidenses por un valor de 110 mil millones de dólares, incluida la soja, un cultivo que se utiliza principalmente para la alimentación animal.
El cambio de fichas en el campo de batalla provocó que las importaciones estadounidenses de esta leguminosa hacia China, disminuyeran en 50 por ciento al cierre del año pasado, a pesar de que el presidente Donald Trump comenzó con la ofensiva a mediados de 2018, según datos de la Administración General de Aduanas del gobierno chino.
En diciembre, el dragón asiático importó 69 mil 298 toneladas de soja estadounidense, cifra muy por debajo de los 6.2 millones de toneladas reportadas durante el #Economía mismo mes de 2017.
Por el contrario, China aumentó las importaciones brasileñas del mismo alimento de manera considerable.
Los envíos de la nación carioca en diciembre ascendieron a 4.4 millones de toneladas, desde 1.9 millones de toneladas del mismo mes un año previo.
Esto provocaría un aumento de la deforestación tropical como resultado de la nueva demanda que se está imponiendo a otros proveedores importantes de China para abastecer hasta 37.6 millones de toneladas de la cosecha que requiere el país, de acuerdo con un análisis elaborado por el científico Richard Fuchs y otros colegas publicado en Nature Research.
En caso de que el Amazonas se convierta en la fábrica de soja de China se perderían hasta 13 millones de hectáreas de selva tropical amazónica. Un daño irreparable para el hábitat que durante décadas fue considerado el pulmón de la Tierra.
Al respecto, Claudia Zúñiga Carrillo, especialista forestal del Programa Cambio Climático y Bosques de DAR-Perú (Derecho, Ambiente y Recursos Naturales), opina que otra de las consecuencias de la deforestación masiva es que no sólo se pone en riesgo el suelo de una tierra que ya es fértil, también la vida silvestre amazónica.
“Cualquier monocultivo provoca que se deforeste para hacer un cambio de uso de suelo de una tierra con diversidad. Las actividades vinculadas a la agricultura son una de las principales fuentes de deforestación de todo el Amazonas y aunque existen tratados que protegen esta región no se cumplen en su totalidad”, detalla la experta.
El uso de la soja en China va en aumento desde hace dos décadas. Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) revelan que las importaciones del país desde Brasil crecieron 2 mil por ciento; aproximadamente 700 por ciento desde Estados Unidos, y 200 por ciento desde Argentina.
El avance de la bioenergía y el uso para alimentación animal dejan entrever que el apetito por esta materia prima mantendrá su racha positiva en el territorio gobernado por el presidente Xi Jinping.
Reducir la dependencia comercial
A nivel mundial, Brasil es el principal proveedor de soja de China, pero muy cerca le siguen Estados Unidos y Argentina.
Si la disputa comercial se intensifica y el gobierno chino decide reducir aún más las importaciones de soja estadounidense y apuesta por impulsar su propia producción, no le sería tan fácil, ya que necesitaría alrededor de 13 millones de hectáreas de tierra, superficie que equivale a poco más de la superficie total del estado de Durango.
Esta opción no es viable al tomar en cuenta la limitada tierra fértil para cultivos con la que China cuenta en la actualidad.
El economista Victor Valdivia asegura que en esta guerra comercial ninguno de los socios comerciales tiene salida dada la dependencia que existe entre ambos, pero tampoco están dispuestos a ceder terreno en el campo de batalla.
La opción de participar en acuerdos comerciales tampoco es una alternativa para el presidente Xi Jinping, ya que a final de cuentas estos terminarían por beneficiar a Estados Unidos.
México y China son grandes socios comerciales, pero su relación no se encuentra en el mejor momento para alcanzar un Tratado de Libre Comercio, debido a que el gobierno mexicano está a la mitad de la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el documento incluye una polémica cláusula que establece que no se podrán firmar acuerdos de libre comercio con economías de no mercado.
Sin embargo, la Unión Europea podría ser un candidato ideal, aunque para competir a la altura de Estados Unidos tendría que cambiar de opinión sobre su rechazo a las cepas de soja genéticamente modificadas.
Intereses políticos
Las intervenciones políticas y legales que frenaron un poco la explotación de la soja en el Amazonas se mantuvieron hasta antes de la llegada del presidente Jair Bolsonaro, quien en enero pasado limitó los derechos a la tierra de los pueblos indígenas.
Durante su campaña presidencial, entre agosto y octubre de 2018, la deforestación en la selva amazónica se disparó un 50 por ciento, cifra que superó el 29 por ciento reportado entre 2015 y 2016.
Claudia Zúñiga Carrillo reconoce que el escenario no es alentador porque la deforestación masiva del Amazonas ha tenido un impacto profundo en el cambio climático y en la biodiversidad.