Brasil, el gigante económico que sigue dormido

Brasil intenta recuperar el auge económico que alguna vez consiguió, sin embargo, las decisiones de su actual gobierno y un entorno mundial cada vez más complejo pueden aumentar el grado de incertidumbre en el país
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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La economía más poderosa de América Latina lleva años hibernando. Brasil aún no se recupera de su última recesión y hoy enfrenta una lenta recuperación. Con la crisis que sacudió al país entre 2015 y 2016, la nación sudamericana dejó atrás los años de bonanza de Lula da Silva.

El actual escenario luce desafiante de cara a diversos problemas internos y externos que seguirán frenando la expansión del gigante, al menos en el corto plazo, debido a que una tambaleante economía no es el único problema con el que debe lidiar el gobierno brasileño.

Las tensiones con Argentina van en aumento ante la discrepancia de opiniones entre el mandatario Jair Bolsonaro y Alberto Fernández, presidente electo argentino.

A esto se suma que la economía carioca debe evitar quedar en medio de la guerra comercial que Estados Unidos y China no han podido resolver desde hace un año, pues Bolsonaro es un aliado cercano al presidente estadounidense, pero por el otro lado el dragón asiático es el mayor socio comercial del país sudamericano.

0.8
por ciento es la estimación de crecimiento para Brasil en este año

La Cepal pronostica un crecimiento de 0.8 por ciento para el cierre de este año, mientras que para el 2020 las estimaciones son más optimistas, ya que Brasil podría avanzar 1.7 por ciento.

Marcelo Elizondo, fundador de la organización Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI) con sede en la ciudad de Buenos Aires, opina que esta expansión es posible solo si las reformas impulsadas por la actual administración se aplican de la manera correcta y rinden frutos.

“Brasil está en un momento decisivo en el que el próximo año puede vislumbrar un panorama mucho mejor porque las medidas que se están aplicado han agradado a los inversionistas, aunque el gobierno debe hacer importantes ajustes en materia económica porque ha habido una serie de factores que frenaron el desarrollo”, detalla el analista económico internacional.

El escenario global no está favoreciendo el desarrollo de la economía brasileña porque es muy susceptible a la especulación
Arlene Ramírez UrestiDoctora en relaciones internacionales

Relación complicada de Argentina y Brasil

Argentina y Brasil mantienen un vínculo comercial muy sólido, no solo por la cercanía geográfica entre ambos países, sino porque sus gobiernos han impulsado una integración económica desde hace décadas.

Sin embargo, la reconfiguración política de los países ha ocasionado que esta amistad se vea afectada y el panorama no luce alentador ante la tensión que cada día aumenta entre el presidente brasileño Jair Bolsonaro y el futuro mandatario de Argentina, Alberto Fernández.

El último capítulo lo escribió el gobierno carioca al dejar entrever la posibilidad de que su vicepresidente no asistirá a la ceremonia de asunción del próximo jefe de Estado de Argentina y en su lugar enviará a un ministro.

La doctora en relaciones internacionales Arlene Ramírez Uresti opina que la prueba de fuego será que, a pesar de las diferencias, ambos países deberán mantener intacto el Mercado Común del Sur (Mercosur), proceso de integración regional fundado en 1991 por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. En caso de no lograrlo será momento de que el gobierno de Bolsonaro busque otras opciones.

“Mercosur era una puerta importante para la Alianza del Pacífico, pero hoy está debilitado por esta situación. A Brasil le conviene aceptar las inversiones de China en algunos segmentos para que pueda equilibrar su actual escenario económico”, precisa la internacionalista del Tec de Monterrey, campus Toluca.

En 2018, el intercambio comercial de Mercosur con el mundo en términos de valor aumentó 10 por ciento respecto a 2017, de acuerdo con el Informe de Comercio Exterior de Bienes.

Al cierre del año pasado, las exportaciones fueron de 276 mil 327 millones de dólares, monto 9 por ciento superior en contraste con los 219 mil 408 millones de dólares que se alcanzaron en 2017.

Los envíos al extranjero del bloque se repartieron entre Brasil, con 77.3 por ciento; Argentina, con 18.5 por ciento; Uruguay, con 2.4 por ciento, y Paraguay con 1.8 por ciento.

Liderazgo histórico

La liberación del expresidente Lula da Silva pone sobre la mesa la posibilidad de que en Brasil se forme una oposición respaldada por millones de brasileños descontentos por la serie de reformas impulsadas por el presente gobierno.

Da Silva es considerado como uno de los mejores presidentes que ha habido en la región, gracias a que con su política social logró sacar de la pobreza a casi 30 millones de personas, aumentó los flujos de inversión hacia el país y ubicó la tasa de desempleo en niveles por debajo a los de Estados Unidos o Alemania.

30
millones de brasileños sacó de la pobreza Lula da Silva

Marcelo Elizondo considera que Lula podría convertirse en un aglutinador de fuerzas de la oposición en Brasil y eso amenazaría el avance de Bolsonaro, aunque se deben analizar de cerca los pasos del exmandatario, quien continuará su proceso en libertad, ya que está latente el riesgo de que ocurra una polarización en la cuna de la samba.

“Lula fuera de prisión representa una fuerza política muy poderosa, pero no está exento de experimentar un desgaste político. Si los aliados de Lula organizan a la oposición y le quitan fuerza a las reformas de Bolsonaro eso podría afectar la evolución económica del país en el futuro”.

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