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Las nuevas políticas económicas de China se han visto como una inversión que al corto plazo causarán una baja al crecimiento económico, pero al largo plazo conseguirán una mayor estabilidad.
Al igual que los cambios protagonizados por Shinzo Abe en Japón fueron bautizados como “Abenomics”, el grupo financiero Barclays Capital bautizó como Likonomics, en referencia al primer ministro Li Keqiang, a la nueva política de China que busca un crecimiento sostenible.
Likonomis se fundamenta en tres pilares: menos estímulo, menos préstamos y reformas estructurales.
En ese sentido, el primer pilar es la eliminación de los estímulos fiscales gubernamentales mediante la disminución de la inversión dirigida por el Estado.
De acuerdo con la información de Barclays, durante los últimos tres meses el gobierno del país asiático ha procurado no ceder ante las demandas de estímulos fiscales porque considera que la inversión dirigida por el Estado ya no es sostenible.
El segundo pilar de la economía china es la reducción de la deuda en los sectores privados y gubernamentales. Las medidas intentan combatir los efectos negativos que ha tenido el alto crecimiento del crédito, sobre todo en préstamos no regulados por el gobierno.
El crédito total de China ha llegado a más de 23 billones de dólares a principios de este año, mientras que en el 2008 era de 9 billones. El principal problema es que mientras en los últimos trimestres el crecimiento nominal del Producto Interno Bruto del país ha sido inferior al 10 por ciento, el crecimiento del crédito ha sido superior al 20 por ciento.
Cada vez se necesita más y más dinero para generar un crecimiento que se vuelve más lento con el tiempo, por lo que el gobierno pretende revertir la tendencia. El Banco Central de China pretende aumentar las regulaciones con los prestamistas del país, a pesar de que varios grupos de interés se han mostrado en contra.
Por último, el tercer pilar hace referencia a las reformas estructurales, principalmente con el relajamiento de los controles sobre los precios de los servicios públicos y la liberalización de las tasas de interés.
Los primeros dos pilares que pudieran generar una desaceleración en la economía son esenciales para conseguir un camino hacia las reformas estructurales que necesita el país. Los principales cambios se buscan en los controles administrativos, el uso de la tierra y la regulación de políticas antimonopólicas.
Pros y contras
Las principales críticas al modelo de Likonomics auguran que la reducción de estímulos solamente servirá para reducir el crecimiento económico del país.
Sin embargo, especialistas de Barclay afirman que el cambio será positivo para China en el largo plazo consiguiendo mantener una tasa de crecimiento estable entre el 6 y 8 por ciento durante los siguientes 10 años.
Los riesgos a corto plazo de Likonomics se centran en el nuevo equilibrio de la economía. El crecimiento trimestral podría bajar hasta el 3 por ciento o menos en los próximos tres años provocando una recesión en el país.
China necesita reducir la cantidad de préstamos en proporción con la producción para afianzar de nuevo inversiones productivas, el problema es la falta de dinero.
La empresas necesitan dinero para pagar sus deudas y no quebrar. El estado actual de la economía ha dejado a los negocios con menos flujo de efectivo para cubrir sus deudas. Al momento de reducir los créditos, los problemas de flujo se acentúan.
Asimismo, economistas opinan que las medidas tendrán un fuerte impacto en los bancos que no se encuentran listos todavía. Al acabar con los estímulos y atacar los créditos, los bancos estarían perdiendo los ingresos que generan por intereses, al mismo tiempo que sus deudores tendrían menos dinero para pagarles.
Actualmente, las tasas de interés sobre los depósitos bancarios son establecidos por el gobierno, por lo que se mantienen bajas de manera artificial, lo que otorga a los bancos mayor facilidad para prestar dinero. En el momento en que el gobierno deje de fijar la tasa, los bancos se verían obligados a competir entre sí, reduciendo los márgenes de ganancia.
La política de Li Keqiang está consciente de los riesgos que representa y está seguro de que si no se hacen los cambios difíciles, no se podrá sostener el crecimiento económico del país.
Likonomics en México
China representa uno de los principales competidores económicos para México. La respuesta del país asiatico a las políticas del Likonomics pudiera tener un impacto en la economía nacional.
A pesar de que el crecimiento económico en China ha ido a la baja, aún se mantiene por encima de las economías emergentes. Esto ha traído consigo un aumento considerable de los salarios de las personas, especialmente en el sector de la manufactura, que a su vez provoca que el atractivo del país asiatico se está acabando y México comience a sentir el cambio en las inversiones.
Asimismo, la dirección de la política económica china se perfila para crear un crecimiento dirigido al consumo y no a la producción, por lo que se espera una demanda de productos hacia China al mismo tiempo que se reduce la ventaja comparativa contra productos exportados hacia Estados Unidos.
Se espera que el crecimiento en la demanda en China pueda revertir la balanza comercial que tiene con México, ya que durante el año pasado se exportaron más de 5 mil millones de dólares en bienes, mientras que el país importó alrededor de 57 mil millones de China.