Cobertura engañosa
La debacle del mercado petrolero ha puesto a las finanzas públicas de México contra la pared.
Rodrigo Carbajal
La debacle del mercado petrolero ha puesto a las finanzas públicas de México contra la pared.
Después de que el precio del crudo pasó de registrar niveles superiores a 100 dólares a mediados de 2014 a presentar un nivel inferior a los 40 dólares actualmente, el gobierno mexicano fue orillado a implementar un programa de austeridad fiscal.
Sin embargo, en medio de uno de los peores momentos para las finanzas públicas mexicanas, el gobierno podría aliviar parcialmente la situación fiscal con la capitalización de las coberturas petroleras contratadas para proteger la producción de crudo.
De acuerdo a estimaciones de Bloomberg, si el precio del petróleo continúa con su trayectoria actual, México recibirá en noviembre alrededor de 3.3 mil millones de dólares por el pago de estas coberturas.
Esto representa un negocio redondo para el gobierno mexicano, considerando que el costo de contratación fue de 1.09 mil millones de dólares.
El programa de coberturas petroleras del gobierno mexicano es el más grande de su tipo en el mercado, el cual aseguró un precio de 49 dólares para 212 millones de barriles. La producción petrolera de México ronda los 2.2 millones de barriles diarios.
La operación fue realizada a través de la compra de opciones de put, que ofrecen el derecho, mas no la obligación, de vender los derivados financieros al precio pactado de 49 dólares. El programa comprende el periodo del 1 de diciembre del 2015 al 30 de noviembre del 2016. Desde que las coberturas entraron en vigor, el barril de petróleo de la mezcla mexicana de exportación ha promediado un valor de 32.4 dólares.
En caso de concretarse, ésta sería la primera vez que el gobierno mexicano obtendría un beneficio neto de manera consecutiva por la contratación de coberturas. En el 2015, se recibieron 6.4 mil millones de dólares por este concepto, superando los 5.1 mil millones de dólares cobrados tras la debacle petrolera que sucedió a la crisis global de 2008.
Alivio temporal
Pese a que la operación puede considerarse como un negocio con rendimientos extraordinarios, esto es reflejo de un mercado petrolero que no ha podido sobreponerse a una caída de precios que ha resultado adversa para México.
Al tipo de cambio actual, el pago que recibirá México será de alrededor de 41.8 mil millones de pesos, equivalente a apenas una décima parte de los ingresos petroleros que recibió el Gobierno federal en el 2015.
Para ponerlo en perspectiva, esto representa sólo una fracción del recorte al gasto público de 307 mil millones de pesos que anunció la Secretaría de Hacienda para este año y el siguiente.
En ese sentido, Carlos Capistrán, economista en jefe de Bank of America en México, dijo al portal Bloomberg: “El gobierno mexicano ha realizado un gran trabajo comprando estas opciones de put (coberturas) porque le han ayudado a suavizar la transición de las finanzas públicas, pero esto sólo representa más espacio para respirar”. Asimismo, añadió que el programa “le compra tiempo al gobierno para pensar en la mejor manera de realizar los recortes al gasto público”.
Cambio estructural
El consenso de analistas expresa que el beneficio recibido por el cobro de las coberturas representa un alivio temporal que podría no repetirse si permanece un escenario de precios bajos, lo cual parece ser la percepción generalizada en el mercado.
En el 2015, México cobró una cifra récord porque la caída de los precios del petróleo fue de mayor proporción. Este espacio quedará limitado en un futuro en el que los precios se ubiquen en el rango de 30 a 50 dólares, rango en el que se han mantenido en la mayor parte de este año.
Tal como sucedió con la estructura productiva de la economía mexicana después de la crisis de deuda de 1982; recientemente, el petróleo también ha perdido peso en la composición de las finanzas públicas.
La crisis del último año de gobierno de José López Portillo catalizó un cambio estructural en el que la política económica privilegió una diversificación de su estructura productiva, particularmente a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994.
De acuerdo al Banco Mundial, la renta petrolera en México representaba 18.5 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 1982. Actualmente, la cifra es menor al 5 por ciento del PIB.
Ahora, la adversa coyuntura fiscal que ha generado la debacle del mercado petrolero podría acelerar la transición de las finanzas públicas hacia un estado en el que la dependencia de los ingresos petroleros sea mínima.
Datos de la Secretaría de Hacienda muestran que los ingresos petroleros representaban más del 30.65 por ciento de los ingresos presupuestarios totales del sector público en el 2014. La cifra se redujo dramáticamente en un solo año. En el 2015, esta proporción fue de 19.76 por ciento de los ingresos presupuestarios totales del sector público.