Contradicción petrolera
Para sacar a flote a Pemex en los próximos años se requiere de inversiones privadas porque sin ellas será casi imposible revivir a la petrolera tras la cancelación de las alianzas
Viviana BranUna deuda de 2 mil 037 millones de pesos ha dejado a Pemex en los huesos. La falta de recursos provoca que este compromiso financiero no se cumpla de manera idónea, pues cuando se realiza un pago, los intereses, comisiones y amortizaciones carcomen los esfuerzos que el Gobierno federal hace para reducir el monto.
Existen diversos factores que también influyen en el incremento de esta deuda, como los vencimientos de algunas líneas de crédito de corto y mediano plazo, y las revaluaciones de pasivos por la depreciación del peso.
La petrolera mexicana atraviesa por un problema de desnutrición financiera, ya que no tiene la solvencia para pagar todo lo que le aqueja, menos ahora después de que la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) aprobara la cancelación de la Licitación CNH-A6-7 Asociaciones/2018 para seleccionar a los posibles socios de Pemex.
Esto provocará que el alimento primordial de la Empresa Productiva del Estado (EPE) se quede a medias porque no tendrá a las compañías privadas como aliadas en siete áreas de tierra para ayudar a superar parte de su crisis. En cambio, la exploración y extracción de hidrocarburos serán la prioridad en este sector de ahora en adelante.
Erick Sánchez Salas, especialista del sector energético, asegura que esta decisión es contradictoria y contraproducente porque Pemex necesita el apoyo de los privados para salir adelante, sobre todo, en momentos en que la producción del petróleo registró una caída de 10.3 por ciento en abril.
“Cuando el gobierno comunica que pretende hacer planes para aumentar la producción, hay que tomarse en serio cuando dicen que Pemex no puede solo porque esa es la realidad. Alcanzar la meta después de la ruptura entre alianzas será muy complicado”, detalla Sánchez Salas.
La actual administración argumentó que la caída en la producción del oro negro se viene arrastrando desde 2015 y hasta 2018, cuando el declive de la producción acumuló casi medio millón de barriles, como resultado de la falta de inversión en los campos petroleros.
Para no atravesar por los mismos problemas, el presidente López Obrador dio a conocer hace unos días que parte del presupuesto que se tiene para el sector energético se destinará al desarrollo de 20 nuevos campos petroleros para reactivar la producción de crudo en todo el país.
Las iniciativas parecen avanzar, ya que para este proyecto se ha concluido la totalidad de la contratación de infraestructura marina consistente en 13 plataformas, 14 ductos marinos que representan 175 km de tendido, interconexiones en siete plataformas existentes, construcción de tres peras, la ampliación de nueve existentes, tres ductos terrestres que representan 88 kms de tendido y la instalación de una batería de separación y optimización de las ya existentes.
Especialistas consideran que este plan de desarrollo será insuficiente para revertir la situación de Pemex en cuanto a la producción de petróleo porque parte de esas medidas requerirán de otras para aumentar la extracción en el país.
Erick Sánchez Salas comparte que la soberanía energética se alcanzará siempre y cuando no se parta del discurso si no de la seguridad, la contextualización de situaciones, disponibilidad energética, así como del aseguramiento de recursos.
“Si no hay infraestructura de transporte para el gas natural o para la transmisión eléctrica que son elementos básicos no se puede hablar de soberanía porque estas acciones son producto de una autarquía política, es decir que el Estado se abastece con sus propios recursos”.
Crudo panorama
Para que Pemex pueda salir a flote en los próximos cinco años se necesita una inversión mínima de 1.5 billones de pesos, mismos que el gobierno no puede costear por sí solo.
Ni los últimos aumentos al sector energético por parte del Fondo de Estabilización de los ingresos Presupuestarios (FEIP) alcanzarán para aliviar sus finanzas. El presupuesto de inversión que se presentó a finales de 2018, pasó de 204 mil millones de pesos (mdp) a 273 mil millones, que equivale a un incremento de 22.3 por ciento.
A estos recursos además se le añadieron 35 mil mdp que se anunciaron en febrero, con lo que su presupuesto aumentó a 288 mil mdp. Aún así, especialistas prevén que no alcanzará sin la ayuda de la inversión privada.
Integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación Patronal de la República Mexicana consideran que el Gobierno federal debe reconsiderar su decisión sobre la suspensión de la ronda de licitación para buscar socios a Petróleos Mexicanos, pues sin la inversión privada le será imposible alcanzar la meta de producción que se espera para este año.
Pérdida de interés
Para Gonzalo Monroy, director general de la consultoría GMEC, la noticia de la cancelación de los ‘farmouts’ no es una sorpresa, ya que la medida va acorde con la suspensión de otros proyectos que surgieron tras la promulgación de la Reforma Energética, como las subastas eléctricas.
“Todo el mundo daba por hecho que las asociaciones se iban a cancelar, por eso no habrá afectaciones nuevas, solo que Pemex se quedará sin oportunidades de inversión adicional a lo que estaba haciendo en proyectos clave”, precisa.
Sin embargo, el especialista advierte que el sector se encamina a una nueva bajada de petroprecios, factor que podría echar por la borda lo que la actual administración está impulsando en materia energética.
En consecuencia, Monroy adelanta que esto provocará un desencanto en los proyectos prioritarios de la Cuarta Transformación, como es el caso de la Refinería de Dos Bocas, cuyos recursos para su desarrollo serán de 160 mil mdp.