Por lo general las autoridades que coordinan las políticas económicas basan sus decisiones en estudios académicos, lo que les da una gran responsabilidad a los académicos que los aconsejan.
Las problemáticas que podrían causar errores en los estudios, o manipulaciones en los datos, pueden causar grandes daños tanto a la ciencia económica como a la economía en general.
Un caso muy sonado es el de un renombrado estudio de dos académicos rebatido por un universitario. Los economistas y profesores de Harvard, Carmen Reinhart y Keneth Rogoff (quien también fue economista en jefe del FMI), con su investigación “Crecimiento en época de deuda”.
La historia comienza con la presentación en el 2010 de esta investigación donde sus hallazgos impactan a la gente.
Ellos encontraron que si la deuda pública pasa el nivel de 90 por ciento del PIB reduce dramáticamente el crecimiento, lo que lo convierte en una herramienta fundamental.
En medio de una crisis de deuda en la Eurozona una conclusión tan tajante como esa ha desarrollado posturas muy fuertes respecto a cómo manejar el problema. Sobretodo por el hecho de que venía de dos economistas importantes, no era un estudio realizado por personas desconocidas en el ámbito.
Ya se vio el caso de Grecia, donde incluso con un desempleo por las nubes, la Eurozona le exigía una mayor austeridad para llevar a cabo el posible rescate bancario.
Por supuesto que la austeridad podría ser buena, pero el problema es cuando se fundamentan posturas de política económica con base a estudios que no tengan graves errores factuales.
Al descubierto
Para una tarea escolar, Thomas Herndon, estudiante de la Universidad de Amherst en Massachusetts, tenía que replicar los resultados de alguna investigación de su preferencia.
Tras elegir “Crecimiento en época de deuda” tuvo problemas para encontrar los hallazgos de los autores. Después de estar un semestre entero tratando de llevar a cabo el ejercicio y de que sus maestros le aconsejaban que lo hiciera con más cuidado, decidieron pedirle a Reinhart y Rogoff la base de datos que utilizaron.
Con una respuesta positiva, Herndon encontró que en el Excel que utilizaron había omisiones críticas. Para el estudio de 20 países que presentaban, faltaba información de 5: Australia, Austria, Bélgica, Canadá y Dinamarca.
Este y algunos otros errores más técnicos en el manejo de los datos terminaron por orillar al estudio con aquella conclusión tan impactante. Sin embargo cuando se llevaron a cabo las correcciones, el hallazgo más impactante se disipó.
Autores responden
En una declaración de los autores, agradeciendo el esfuerzo de Herndon por la corrección, hablan de cómo sus conclusiones no son del todo incorrectas.
“Nosotros no creemos que este error desafortunado afecta de ninguna manera significante el mensaje central de nuestra investigación o de nuestro trabajo subsecuente”.
Al corregir los errores encontraron una relación negativa entre crecimiento y nivel de deuda, pero con mucha menor fuerza, y sin poder hacer su conclusión del 90 por ciento.
Además, vienen otros problemas con su modelo, como menciona Paul Krugman en su columna “The Excel Depression”, en el sentido de que no encuentran una verdadera causalidad con su modelo estimado, pues no está claro si el alto nivel de deuda causa una contracción en la tasa de crecimiento, o si el bajo crecimiento y una mala condición económica causa el nivel alto de deuda pública.
El aprendizaje
De este caso surge una lección importante: el cuidado que deben de tener las autoridades de política económica al fijar una postura fuerte ante una problemática.
Hablar de que necesariamente los países tenían que incurrir en una austeridad fuerte podría ser incorrecto.
Generalmente la gente sigue tendencias sobre los temas, por ejemplo, los políticos ya tienen una visión de responsabilidad fiscal antes de una expansión del gasto o viceversa.
Para aquellos que no tienen claro qué se debería de hacer, o bajo qué circunstancias, este tipo de investigaciones son de gran apoyo para llevar a cabo una decisión.