Crecimiento para todos

Alrededor del mundo, los expertos han aplaudido las reformas estructurales como la mejor estrategia para que México impulse su crecimiento económico.

Pero algunos señalan que por sí solas éstas no podrán asegurar crecimiento sostenible y por lo tanto no debe dejarse de lado el combate a la desigualdad.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ve una tendencia positiva de crecimiento para el país durante la próxima década.

Por otro lado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indica que las reformas podrían dar un impulso de entre 1.5 y dos puntos porcentuales al crecimiento mexicano durante esta década.

De cumplirse estas estimaciones, México podría crecer alrededor de cuatro por ciento al año, lo cual sería casi el doble de la tasa de crecimiento que se prevé experimentó el país durante el 2014.

Pero la OCDE también advierte que para que este crecimiento se sostenga en el largo plazo es necesario que México combata la desigualdad y asegure que los beneficios de las reformas se compartan de forma generalizada.

En su reporte al respecto, la organización subraya que el alto nivel de desigualdad en México mantiene a un gran número de familias en la pobreza, limitando su acceso a la educación y a servicios de salud de calidad. 

Esto tiene como consecuencia el que una parte significativa de la población ve obstaculizada su actividad económica y su movilidad social, lo cual afecta negativamente el crecimiento potencial del país.

“Reducir la desigualdad de ingresos no sólo mejoraría el bienestar sino que también impulsaría el crecimiento económico”, declaró durante la presentación del reporte Ángel Gurría, secretario general de la OCDE. 

Gurría agregó que “el crecimiento económico tiene que ser compartido entre muchos en lugar de estar concentrado entre pocos. El proceso de reformas tiene que ayudar a reducir la desigualdad, y asegurar que cada mexicano tenga las mismas oportunidades de tener éxito.”

Desigualdad e informalidad

La OCDE reconoce que entre sus 34 países miembros actualmente México es el que tiene la mayor actividad de reformas, pero recomienda al país una serie de medidas para desarrollar un Estado más incluyente y combatir la desigualdad.

Para poder lograr esto es necesario incrementar los ingresos fiscales (sin que esto implique necesariamente un aumento en las tasas impositivas) para poder ampliar los servicios de protección social. A esto se agrega reducir la informalidad en el mercado laboral y fomentar la participación de las mujeres en la actividad económica.

Entre las principales medidas recomendadas por la OCDE para lograr estos objetivos se encuentran el mejorar la eficacia del gasto en educación, fomentar el acceso a servicios médicos, aprobar el seguro de desempleo y la pensión universal, y expandir al máximo el programa Prospera (sucesor de Oportunidades).

Redistribuir para crecer

Las recomendaciones de la OCDE son apoyadas por investigación del FMI, que buscó encontrar la relación entre las medidas de redistribución de ingresos y el crecimiento económico.

Por mucho tiempo los expertos han indicado que la clave se encuentra en descubrir cuánto ayudan estas medidas al crecimiento al reducir la desigualdad y cuánto lo lastiman al reducir los incentivos para la actividad económica de los trabajadores.

En su reporte al respecto el FMI destaca que hay una relación significativa entre las políticas redistributivas y las caídas en el crecimiento, pero que sí hay una entre la desigualdad y menor crecimiento. 

Dado que éstas políticas aparentemente no reducen el crecimiento pero sí combaten un fenómeno que lo hace, la conclusión del organismo es que implementarlas tiene un efecto neto positivo. 

Para países como México, el segundo más desigual de la OCDE, esta información vuelve aún más puntual la recomendación de combatir la desigualdad si lo que se busca es romper la tendencia de crecimiento decepcionante de los últimos años.

Compartir los beneficios

La OCDE recomienda a México implementar las siguientes medidas para combatir la desigualdad y asegurar su crecimiento económico en el largo plazo:

> Participación económica de las mujeres: 
Impulsarla mediante el mejoramiento del mercado laboral y un mejor acceso a guarderías para niños menores a tres años

> Seguro de desempleo y pensión universal: 
Reducir la desigualdad de ingresos para quienes buscan empleo y para la población de mayor edad

> Expandir Prospera: 
Aprovechar al máximo las transferencias de efectivo de este programa para impulsar la movilidad social y el desarrollo

> Gasto en educación: 
Concentrarse en incrementar la equidad y eficacia del gasto, mejorando la calidad docente

> Atención médica de calidad: 
Promover el acceso a ésta mediante mejor coordinación y reducción de redundancias entre las agencias de salud.