El deterioro de las perspectivas de la economía mexicana ha sido generalizado. La victoria electoral de Donald Trump generó una lectura unánime entre los inversionistas, los responsables de política económica y el consenso de analistas: ningún país como México tiene tanto que perder en caso de que se materialicen las promesas de proteccionismo del presidente electo de Estados Unidos.
Esto ya se ha reflejado en una revisión a la baja de los pronósticos de crecimiento económico del país. En octubre, la expectativa promedio de crecimiento para 2017 de la encuesta que realiza Banco de México a los especialistas en economía del sector privado era de 2.26 por ciento.
En noviembre, ésta se redujo a 1.72 por ciento y en diciembre fue recortada a 1.60 por ciento.
El acelerado deterioro de expectativas es consistente con un aumento significativo en el riesgo país de la deuda soberna de México. El bono gubernamental a 10 años ha perdido el 17 por ciento de su valor en lo que va del año, presentando un incremento de 106 puntos base en su tasa de interés en el mismo periodo.
Sin embargo, en medio de este mar de pesimismo, Carlos Ghosn, director global de Nissan y Renault, confía en que hay razones para ser optimistas respecto al futuro próximo.
Ghosn espera que Nissan registre ventas récord en el 2017 debido a una mayor tasa de crecimiento económico. De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la economía global crecerá 3.3 por ciento en el 2017, 0.4 puntos porcentuales más que en el 2016.
El optimismo mesurado de la OCDE se explica en cierta medida por las expectativas que han generado las promesas de estímulo fiscal y recorte de impuestos de parte del presidente electo de Estados Unidos.
Pese a que Donald Trump ha prometido renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Ghosn se mantiene tranquilo.
“Lo que ha dicho el presidente electo de Estados Unidos es que América va primero, lo que tenemos que creer es que ese programa se trata de los intereses americanos y que está en el interés de los americanos reforzar sus vínculos con México” aseguró Carlos Ghosn.
Inversión en juego
La postura del director de Nissan es secundada por el Centro de Investigación Automotriz, un thinktank en Michigan. El organismo proyecta que la producción de autos en México crecerá a un total de 4.17 millones de unidades en el 2017, el doble de lo que el país producía hace una década.
México ha hecho del TLCAN el centro de su modelo de crecimiento. El país exporta anualmente a Estados Unidos bienes y servicios valuados en casi 300 mil millones de dólares. Además, la ecuación que conjuga aranceles cero con bajos costos laborales y cercanía geográfica ha hecho del país el destino por excelencia de las firmas de manufactura que desean vender sus productos en Estados Unidos.
Éste es el caso de la industria automotriz, la estrella del TLCAN. Desde el 2010, nueve armadoras han invertido más de 24 mil millones de dólares en sus operaciones mexicanas.
Esto pone de relieve la importancia de las declaraciones optimistas de Ghosn, cuya firma tiene tanto que perder como México, en caso de que la administración de Trump dé luz verde a la imposición unilateral de aranceles.