El cisma griego

La economía global enfrenta un panorama gris debido a que el crecimiento mundial depende del único país desarrollado que da señales de recuperación: Estados Unidos.

El otro motor que mueve a la demanda global, Europa, se encuentra atrapado entre dos frentes que amenazan su precaria condición económica.

Por un lado, la salida de Grecia de la zona euro vuelve a ser considerada por los funcionarios europeos dadas las recientes perspectivas electorales del país helénico.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
Comparte esta nota

La canciller alemana Angela Merkel está lista para aceptar una salida de Grecia de la eurozona
https://www.youtube.com/watch?v=LU2Xsm3TeEc&feature=youtu.be

La economía global enfrenta un panorama gris debido a que el crecimiento mundial depende del único país desarrollado que da señales de recuperación: Estados Unidos.

El otro motor que mueve a la demanda global, Europa, se encuentra atrapado entre dos frentes que amenazan su precaria condición económica.

Por un lado, la salida de Grecia de la zona euro vuelve a ser considerada por los funcionarios europeos dadas las recientes perspectivas electorales del país helénico.

Analistas sugieren que una salida de Grecia podría ocasionar un efecto dominó en la venta de bonos gubernamentales de países de la periferia europea.  Esto significa un riesgo sistémico para la moneda común y para el sistema financiero global.

Por otra parte, la baja en el valor del petróleo y la anémica actividad económica de Europa se han reflejado en la primera caída de precios al consumidor desde el 2009.

Esto es considerado como el primer paso hacia un espiral deflacionario que apunta hacia un estancamiento endémico parecido al que vive Japón desde hace dos décadas.

La zona euro registró una tasa de desempleo constante de 11.5 por ciento en los últimos cuatro meses. Además, el Fondo Monetario Internacional prevé que el crecimiento de la región será de apenas 1.3 por ciento para este año.

La siguiente junta de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) está agendada para el 22 de enero, fecha en que se determinará el curso de acción para los dos frentes europeos.

El dilema de Draghi

Maro Draghi, presidente del BCE, dijo en una entrevista que la posibilidad de la baja sostenida en los precios se ha incrementado. 

Apunta que, a pesar de que la deflación aún no es una realidad, representa un riesgo latente que debe ser abordado.

En diciembre, los precios de la zona euro descendieron 0.2 por ciento en términos anuales.Si se genera una expectativa de que la caída en los precios es sostenida, los agentes económicos tienden a retener el gasto, lo que provoca un efecto adverso.

La deflación incrementaría la carga real de la fuerte deuda que presentan la mayoría de los países europeos, particularmente las economías periféricas.

Los oficiales del BCE declararon su intención de discutir la ejecución de un programa de compra de activos a gran escala.

La expansión de la hoja de balance del BCE mediante la adquisición masiva de bonos gubernamentales europeos pretende atacar la inflación y estimular la economía de la región.

Altos funcionarios, tanto del Ministerio de Finanzas de Alemania como del Bundesbank, el banco central alemán, expresaron su oposición de implementar este programa.   

En su punto de vista, esta medida liberaría presión de países periféricos sujetos a estrictas reglas de austeridad. Asimismo, señalan que la baja en los precios es un efecto temporal derivado de la baja del valor de los energéticos.

Sin embargo, la inflación se ha encontrado debajo del objetivo de 2 por ciento.

Tragedia griega

El Parlamento griego convocó a elecciones anticipadas para celebrarse el próximo 25 de enero.

Ante la situación, Syriza, un partido de izquierda que busca reestructurar la deuda nacional y promete terminar con las medidas de austeridad, tomó la delantera en las encuestas.

La nueva coyuntura política de Grecia revivió la posibilidad de la salida del país helénico de la eurozona.

Como respuesta, el diario alemán Der Spiegel publicó que la canciller alemana Angela Merkel está lista para aceptar una salida de Grecia de la eurozona.

El mercado reaccionó a esto elevando la prima de riesgo de los bonos soberanos griegos a su nivel más alto del 2014.

Además, el euro sufrió una caída libre que lo sitúa actualmente en su nivel más bajo frente al dólar de los últimos nueve años.

Desde el 2009, durante todo el transcurso de la crisis de deuda europea, Grecia ha estado en el ojo del huracán. Después de reestructurar se deuda y haber sido el único país de la Europa en recibir un paquete de rescate, su salida latente ha significado un riesgo sistémico para la supervivencia de la moneda común.

El peligro de un cisma griego yace en que podría generar una oleada de ventas de títulos de deuda de países periféricos.

Sin embargo, analistas consideran que la crisis griega es mucho más manejable que en años anteriores dado que el sistema bancario europeo y las finanzas públicas de países periféricos se han fortalecido.

Por ejemplo, la correduría Morgan Stanley estima que existe un 17 por ciento de probabilidad de que Grecia salga de la zona euro.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil