El debut del fracaso
La empresa tecnológica pisó el acelerador para entrar a la bolsa de valores, pero se vio opacada por el conflicto comercial entre China y Estados Unidos, así como por las demandas por parte de sus trabajadores
Viviana Bran“Invertir es cuestión de percepción”
Uber se decidió a colocar 207 millones de acciones en Wall Street, tras 10 años de éxito.
Ante la Comisión de Mercados y Valores Estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés), la plataforma fijó su Oferta Pública Inicial (OPI) en 45 dólares por acción.
Con altas expectativas la compañía esperó paciente por los primeros resultados, sin embargo, los directivos no se esperaban que durante la jornada el precio de sus títulos caerían 7.4 por ciento, cifra que representó una pérdida en valor de capitalización de seis mil millones de dólares (mdd).
A pesar de que los títulos de la empresa alcanzaron un mínimo de 41.5 dólares por papel (una cantidad por debajo del precio de salida inicial), la plataforma fundada por Garrett Camp y Travis Kalanick no logró despertar el interés de los inversionistas.
Uber entró a la bolsa con un valor de 82 mil 100 millones de dólares y cayó a 76 mil 100 millones de dólares en un día, según los datos de la bolsa de Nueva York.
Humberto Calzada, analista de mercados financieros para Rankia México y Latinoamérica, asegura que muchos factores pudieron haber influido en estos resultados, entre ellos los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China, las demandas por parte de los trabajadores de la aplicación en todo el mundo, la salida de usuarios de su plataforma, así como la competencia.
“Uber entró en un momento que no es tan bueno para la coyuntura económica internacional de mercados, sobre todo por la nueva imposición aduanera a las importaciones chinas, que sorpresivamente fueron anunciadas, aún cuando se creía que se llegarían a acuerdos entre las dos potencias”, detalla Calzada
La aplicación estadounidense está presente en 63 países y más de 700 ciudades. Hasta diciembre de 2018 alcanzó los 91 millones de usuarios activos en su base mensual y 3.9 millones de socios conductores.
91
El actual director ejecutivo Dara Khosrowshahi estima que la empresa facturó en 2017 cerca de siete mil 500 mdd, y el año pasado 11 mil 270 mdd.
Baches en el camino
El debut de Uber en Wall Street no fue una fiesta como se esperaba. Especialistas bursátiles coinciden en que otro factor que influyó en la caída de las acciones fueron las huelgas que los conductores de la aplicación hicieron en todo Estados Unidos el viernes para reclamar mejores condiciones laborales y de pago.
Días antes del debut, más de 70 mil conductores se manifestaron en Nueva York; Boston; Chicago; Los Ángeles; San Diego, Washington; San Francisco; Londres; Birmingham; Nottingham, y Glasgow, quienes además de exigir solución a sus demandas, hicieron un llamado a cerrar las sesiones de la aplicación
Además, ese mismo día se enfrentó a su principal competidor: Lyft, que cada vez gana más terreno en el mercado estadounidense.
Esta aplicación se creó en 2012 y está presente en más de 350 ciudades de Estados Unidos.
Lyft desembarcó en territorio neoyorkino en marzo pasado, y durante su primer día en la bolsa tuvo una caída de 20 por ciento en sus acciones, las cuales tenían un precio de 72 dólares y la semana pasada se situaron en 55, es decir, un 23 por ciento menos.
La predicción de muchos analistas se cumplió, ya que los títulos de Lyft, al igual que Uber, se fueron a la baja en su debut en el mercado bursátil.
Que una empresa no obtenga los resultados que esperaba con su participación en el mercado no significa que se terminen sus oportunidades de crecimiento. Desde 1975 a 2011, más de 60 por ciento de las empresas perdieron valor durante sus primeros cinco años en la bolsa.
Juan Luis Hernández, socio fundador de Novus Concilium, asegura que Uber tiene mucha fuerza y tendrá un mejor recibimiento por parte de los inversionistas conforme pase el tiempo y, asegura, Lyft no representa una competencia ya que domina menos mercados y tiene una posición más conservadora.
“Es más fácil que por percepción los inversionistas y las personas inviertan en una empresa que ya conocen. En el caso de las demandas de los trabajadores, Uber puede llegar a un acuerdo pronto y generar soluciones; puede ser que este conflicto afecte la imagen de la compañía y genere sentimientos adversos entre sus usuarios y los analistas, pero no existe un mayor riesgo”
