La fortuna de los 10 hombres más ricos del mundo asciende a 746 mil 800 millones de dólares. Para tener una idea, ellos podrían crear un país similar a Suiza, el cual tiene un PIB anual de 741 mil 69 millones de dólares.
El dinero de todos ellos también supera el PIB de países como: Argentina (637 mil 430 mdd), Chile (277 mil 075 mdd), Colombia (314 mil 457 mdd), Dinamarca (324 mil 871 mdd), Filipinas (313 mil 595 mdd), Irlanda (333 mil 730 mdd), Israel (350 mil 850 mdd), Nigeria (375 mil 745 mdd), Noruega (398 mil 831 mdd), Sudáfrica (348 mil 871 mdd), entre otros.
Ante estas cifras que evidencian la situación de pobreza y desigualdad a nivel mundial, Diego Vázquez, gerente de investigación en Oxfam México, explica que en la última década este grupo de élite duplicó su riqueza, a pesar de la crisis financiera global.
El incremento de sus ganancias es tal que en un año consiguen de manera conjunta cerca de 900 mil millones de dólares, según estimaciones de Vázquez. Para entender un poco el contexto de lo que esto significa, el grupo de los hombres de negocios genera dos mil 500 millones de dólares diarios.
“Lo problemático es que cuando se comparan estas ganancias con la precariedad en tan solo un año, se exacerba la desigualdad y la pobreza. Los 26 mil millonarios que oficialmente están declarados tienen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial”, asegura el gerente de investigación en Oxfam México.
Escenario mexicano
La fortuna del empresario Carlos Slim, quien durante varios años se ha posicionado como el hombre más rico de México, asciende a 64 mil millones de dólares, de acuerdo con Forbes.
Su riqueza no tiene comparación frente a los recursos que se necesitan para cambiar la actual situación que sufre el país en materia de desigualdad económica, pues 9.4 millones de personas se encuentran en situación de pobreza extrema, de acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Diego Vázquez asegura que los multimillonarios se benefician principalmente de las concesiones especiales y la defensa de intereses que el Estado les ha otorgado durante décadas. Asimismo sugiere que para cambiar el panorama de México, los empresarios podrían voltear a ver a la población más vulnerable y tratar de enfocar sus esfuerzos en sectores en los que aún no se ha puesto el suficiente interés.
“Un cambio significa acción, desde nuestra perspectiva, los tres ejes que contribuirían a modificar la situación del país son aquellos que involucran educación, salud y primera infancia. Con estos pilares las oportunidades para cada uno de los individuos que conforman la sociedad se incrementarían considerablemente para el futuro”.