La Fed de Trump
Donald Trump cuenta con una oportunidad que muchos presidentes hubieran deseado tener en los primeros días de su mandato: la posibilidad de modificar la composición de la Junta de Gobierno de la Reserva Federal.
La independencia institucional del banco central funge como el principal contrapeso para la política económica delineada por el poder ejecutivo.
Los desacuerdos entre el presidente y la Reserva Federal han llegado a tal grado que en 1992, George H.W. Bush culpó a los responsables de la política monetaria de su derrota electoral.
Rodrigo Carbajal
Donald Trump cuenta con una oportunidad que muchos presidentes hubieran deseado tener en los primeros días de su mandato: la posibilidad de modificar la composición de la Junta de Gobierno de la Reserva Federal.
La independencia institucional del banco central funge como el principal contrapeso para la política económica delineada por el poder ejecutivo.
Los desacuerdos entre el presidente y la Reserva Federal han llegado a tal grado que en 1992, George H.W. Bush culpó a los responsables de la política monetaria de su derrota electoral.
Ésta no fue la primera ni la última vez en la que la diferencia entre el poder ejecutivo y el banco central quedó en evidencia. Sin embargo, la política económica de la administración de Trump podría estar vigilada por una Reserva Federal afín al presidente.
La semana pasada, el gobernador Daniel Tarullo anunció que se retiraría de la Junta de Gobierno del banco central en abril, antes de la expiración de su mandato. Esto abrirá una tercera vacante en el organismo rector de la Reserva Federal, compuesto por siete miembros.
Además, el mandato de Janet Yellen como presidenta de la Reserva Federal y de Stanley Fischer como vicepresidente del banco central termina en 2018. Ambos funcionarios tienen la opción de permanecer en la Junta de Gobierno al término de su mandato, pero el consenso de analistas considera poco probable que esto suceda.
Este escenario le ofrecería al presidente Trump la oportunidad de designar a cinco de los siete miembros de la Junta de Gobierno, incluyendo al presidente y vicepresidente del organismo.
Durante la administración de Obama, la bancada del Partido Republicano en el poder legislativo bloqueó las propuestas del presidente para cubrir las dos vacantes actuales. No obstante, ahora que el partido del presidente cuenta con mayoría en ambas cámaras del Congreso, Trump tiene carta abierta para reestructurar la Reserva Federal.
Riesgo regulatorio
La salida de Daniel Tarullo ofrece una perspectiva poca alentadora para el futuro del banco central. Tarullo dirigió los esfuerzos de regulación financiera que sucedieron a la crisis de 2008. Bajo su liderazgo y supervisión se diseñó y se ejecutó un programa regulatorio abocado a que nunca se repitiera el colapso de “un banco demasiado grande para caer”, como sucedió con Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008.
Este perfil contrasta con la intención declarada de la administración de Trump de realizar un desmantelamiento regulatorio a gran escala, particularmente en el sector financiero. Gary Cohn, el ex presidente y número dos de Goldman Sachs, fue designado director del Consejo Económico Nacional. Trump ha afirmado que su prioridad será la ejecución del plan anti regulatorio que el presidente delineó en una orden ejecutiva firmada recientemente.
La Reserva Federal, como entidad independiente, es inmune a la orden ejecutiva del presidente. Sin embargo, economistas preocupados por el resurgimiento del riesgo sistémico argumentan que el cambio en la estructura del banco central es suficiente para dar un giro de 180 grados al enfoque regulatorio de la institución.
El trabajo regulatorio dirigido por Tarullo es altamente complejo. El banco central debe monitorear constantemente niveles de capital de los bancos, realizar pruebas de estrés, evaluar las expectativas de riesgo de cada institución y estudiar los planes de contingencia de las grandes entidades del sistema financiero. Los críticos del enfoque de desmantelamiento regulatorio de Trump sostienen que no es necesario cambiar las leyes para satisfacer los objetivos de política económica del presidente, basta con no hacer nada, con mantener una postura de indiferencia.
Beneficio de la duda
Por otra parte, aún si Yellen y Fischer optan por retirarse en el 2018, la Junta de Gobierno aún contará con el contrapeso de los gobernadores Lael Brainard y Jerome Powell, cuyos periodos en el organismo expiran después de 2026.
Brainard es una demócrata registrada que fue sondeada como la opción de Hillary Clinton para dirigir el Departamento del Tesoro. Powell ocupó puestos directivos durante la administración de George H.W. Bush y después se convirtió en socio de la firma Carlyle Group, asociada a la familia Bush, la cual apoyó públicamente la campaña de Hillary Clinton.
El Partido Republicano pide el beneficio de la duda para el presidente Trump y apela a una analogía: la nominación de Neil Gorsuch, un constitucionalista con credenciales impecables, a la Suprema Corte, otra institución con independencia absoluta del presidente.
Medios estadounidenses reportan que Trump está considerando a David Nason para una de las vacantes en la Junta de Gobierno de la Reserva Federal. Nason fue subsecretario del Tesoro entre 2005 y 2009, lo que le permitió jugar un rol protagónico en el rescate del sistema bancario posterior a la crisis global.
La política monetaria se encuentra en un punto de inflexión. Ésta fue el principal soporte de la recuperación económica de la última década. Ahora, con la promesa de la administración de Trump de ejercer una política fiscal más activa, el papel de la política monetaria transita hacia un enfoque de contención de los planes expansionistas del presidente.
Esta transición es de particular relevancia para el peso, un activo altamente reactivo a las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal. Analistas coinciden en que la postura relativa de tasas de interés de referencia entre Banco de México y el banco central estadounidense representa el primer factor de influencia sobre el comportamiento del tipo de cambio.
México entiende la complejidad del momento por el que atraviesa la Reserva Federal. A petición del presidente Enrique Peña Nieto, Agustín Carstens aplazará su salida como gobernador de Banco de México hasta noviembre.