La tregua arancelaria en materia de acero y aluminio que mantenía Brasil y Argentina con Estados Unidos podría terminar pronto, luego de la amenaza que ambos países recibieron por parte del presidente Donald Trump a través de sus redes sociales.
El mandatario de la Casa Blanca argumentó que tal medida podría ser impuesta, debido a que las políticas económicas bajo las que se rigen no están funcionando y solo contribuyen a que la devaluación de sus monedas se agrave.
En noviembre, el real de Brasil perdió más de 5 por ciento de su valor frente al dólar, de 3.99 unidades pasó en diciembre a los 4.22, en comparación con el mismo periodo del año pasado que de 3.69 pasó a 3.91, de acuerdo con los datos de Morningstar.
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Para el peso argentino la situación no es diferente, ya que está moneda se ha devaluado de manera drástica en los últimos meses, en noviembre de este año se ubicó en 59.51 unidades y al principio de este mes alcanzó los 59.65, a diferencia del registro que se tuvo el año pasado durante el mismo ciclo, el cual pasó de los 35.48 unidades a las 37.40.
En mayo de 2018, Estados Unidos acordó con Argentina, Brasil, Australia y Corea del Sur que no se cobrarían aranceles a las exportaciones de acero y aluminio, el pacto que se alcanzó eliminaba en definitiva el cobro de impuestos y así se mantuvo hasta hace unos días.
Argentina y Brasil tienen que pensar en una manera para que su moneda no se siga devaluando y tienen que resolver sus problemas económicos
A pesar de la situación, Norma Soto, maestra en negocios internacionales en la Universidad La Salle, considera que existe la posibilidad de que Brasil y Argentina salgan bien librados de esta amenaza, pues dicho acuerdo con Estados Unidos sigue sobre la mesa.
Además, opina que ambos países podrían encontrar en la Organización Mundial del Comercio (OMC) una manera de protegerse, pues es la única que se encarga de las normas que rigen el comercio global. Al acudir también se sigue la Ronda de Uruguay y con estos elementos la medida del mandatario estadounidense podría ser improcedente.
“Esta amenaza va más en sentido de no poner los aranceles, el presidente Trump está mandando un mensaje y es que ambos países busquen otras medidas para resolver su situación económica y no sigan devaluando sus monedas”, detalla la maestra.
Mensaje oculto en aranceles al acero y aluminio
La amenaza del presidente Trump hacia Brasil tomó por sorpresa a muchos, pues desde la llegada de su homólogo Jair Bolsonaro al poder, los gobiernos fortalecieron aún más su relación comercial.
Marcelo Elizondo, fundador de la organización Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), comenta que para Brasil la amenaza se torna más relevante, ya que Argentina no es un gran importador de acero ni de aluminio.
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“Es muy probable que este problema se haya originado luego de que la nueva administración de Argentina a cargo de Alberto Fernández no le diera señales a Donald Trump de cómo iba a ser la relación comercial, en el caso de Brasil el problema pudo suscitarse luego de la reunión que tuvo Bolsonaro con el presidente de China”, explica Elizondo.
La importancia que Estados Unidos le da a Brasil radica en que posee 22 por ciento de las tierras cultivables del planeta y a la agricultura le destina 64 millones de hectáreas, lo cual lo convierte en el tercer exportador mundial de productos agrícolas, según un documento publicado por la Oficina Económica y Comercial de España en Brasilia
Además, este país representa la mayor parte de importaciones de acero, con un 19 por ciento, seguido de Canadá con un 15 por ciento y México que registra el 10 por ciento, de acuerdo con un estudio realizado por Brazil-U.S., Business Council.
Kimberly A. Nolan, profesora investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), asegura que si la amenaza se hace real, Brasil y Argentina deberán buscar la forma de vender más acero y aluminio a China para compensar las pérdidas que se generen por Estados Unidos.
“Las decisiones del presidente Trump son muy volátiles, él puede decir una cosa un día y al otro no cumplir. Primero hay que ver el grado de credibilidad que pueda tener esa amenaza, Brasil puede abrirse las puertas en otros sectores como el de las materias primas o la soja y China sería la opción”.
