Reguladores y autoridades banqueras, representados por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS por sus siglas en inglés), están en reuniones para aplicar cambios en la normativa internacional bancaria con la cual se podría controlar el balance de riesgos a partir del 2018 de forma estandarizada.
De esta forma, se modificará el acuerdo Basilea III para exigir a los bancos que se tenga respaldado al menos 3 por ciento de los activos con capital. Por su parte, los reguladores estadounidenses y británicos están proponiendo aumentar dicha razón a mayor del 3 por ciento, por lo que continúan las observaciones de los datos bancarios para establecer el tope adecuado.
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, quien a su vez encabeza el comité, ha mostrado su respaldo ante la propuesta de establecer la razón de apalancamiento a 3 por ciento.
“La finalización de una medida coherente a nivel internacional del apalancamiento bancario es un paso importante hacia la implementación íntegra de Basilea III”, así lo ha afirmado el líder del BCBS.
Por lo que de esta forma se incentivará a los bancos a optar por una estructura de financiamiento más sana y a menor riesgo. Además, de establecerse un nuevo ratio de apalancamiento homogéneo se podría contar con un método que estime el nivel de capital adecuado para los estándares contables internacionales, ya que actualmente los marcos contables de cada nación complican la comparación entre países.
Se ha comunicado que se estará dando seguimiento a la implementación de dichos requerimientos dando como límite el 2017 para concretar su metodología, ya que para el primero de enero del 2018 se podría convertir en una exigencia.
Vale la pena recordar que dentro del acuerdo de Basilea III se aprobó la medida de rescate financiero por descapitalización o quiebra de grandes instituciones bancarias. Por lo que los contribuyentes tuvieron que pagar por administraciones imprudentes de diversos bancos.
Más cambios, más regulación
De igual forma, el BCBS buscan cambios para el Coeficiente de Financiación Estable Neta (NSFR, por sus siglas en inglés). Estableciendo a los bancos un tope para dicho indicador se buscaría que los bancos puedan cumplir con cierto estándar de liquidez.
Facilitando el cambio de activos a efectivo se evita que se llegue a una dependencia de financiamiento mayorista a corto plazo. Con esto se pretende forzar que los bancos no arriesguen su solvencia, tal como se vivió en el 2008 con diversas instituciones bancarias.
Y es que la caída de gigantes como Lehman Brothers trajo a la luz lo que puede provocar en toda una economía la búsqueda de incentivos a corto plazo por parte de ejecutivos bancarios.
